si hay una modalidad que ha brindado algunos de los éxitos deportivos más inolvidables dentro de la provincia alavesa y colocó a una ciudad minúscula y casi invisible en la geografía mundial como Vitoria en el primer plano mediático, ése no fue otro que el atletismo. Los éxitos internacionales de Martín Fiz, Blanca Lacambra, Maite Zuñiga, Antonio Peula o Mónica Ezpeleta sirvieron para edificar una época de vacas gordas que tristemente ha carecido de continuidad. Tras la etapa más dorada de una especialidad muy ingrata que viene sufriendo una importante pérdida de competitividad, la radiografía actual está marcada por la orfandad de iconos más allá de la pujanza de un Iván Fernández que acaba de ser seleccionado para el Europeo de cross. La travesía por el desierto se inició hace muchos años y, lo que es peor, todavía tiene visos de prolongarse en el tiempo pese a los ímprobos esfuerzos de la Federación alavesa y los diez clubes repartido por todo el territorio para revertir la situación.

Con el fin de ahondar en la salud de un deporte que no es ajeno al contexto de crisis económica que acecha a la sociedad, DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA ha reunido en una mesa de debate a cinco protagonistas para valorar un difícil momento donde los éxitos brillan por su ausencia y muchas de las marcas firmadas hace décadas continúan vigentes. Se trata de la exatleta Blanca Lacambra -primera alavesa en tomar parte en los Juegos Olímpicos de Seúl-, el director técnico de la Federación Alavesa, Víctor Clemente, el vicepresidente del club La Blanca, Mikel García, y dos atletas como Osmar Ruiz de Arcaute -que igualó recientemente con 21,96 segundos en un Autonómico el récord alavés de 200 metros que estaba en poder de Oscar Ibáñez desde 1999- e Ibone Sánchez, ganadora de varias Herri Krossa. Hace tiempo que un competidor local no incrusta su figura en algún Europeo o Mundial al aire libre o en pista cubierta, un problema menor en comparación con la cada vez más escuálida presencia de competidores en un Campeonato de España. En el último de pista cubierta, únicamente compitieron Garaxi Larrakoetxea, Geraxane Ussia y Fernando Ocampo, mientras que al aire libre lo hicieron los dos últimos -la ayalesa se hizo con un bronce-, Larraitz Bergara, Iván Fernández y el propio Osmar. Muy poco bagaje para una provincia que en su día presumió de grandes campeones y, que sin embargo, no ha podido forjar otra generación exitosa. Vitoria está plagada de atletas populares que contemplan el atletismo más como un hobbie. Así se deduce de las miles de inscripciones en una Herri Krosa o el récord de inscritos en la Media Maratón que se celebrará en breve con más de 4.000 osados dispuestos a dar colorido a la ciudad. Otra cosa distinta es el profesionalismo.

Pese a que las marcas mínimas para lograr el acceso a los Estatales resultan asequibles, muy pocos alcanzan un listón mínimo exigible. Todos coinciden en que “los éxitos del pasado son anormales” y lamentan que “Vitoria ha perdido la cultura del atletismo”, pero tampoco rehúyen la autocrítica, no esconden su frustración por los recortes de las instituciones que impiden la aparición de promesas y, de paso, lanzan un dardo envenenado hacia “el poco sacrificio” de los jóvenes, que ya no se dedican full time a un deporte que si algo requiere es un sacrificio constante y la máxima dedicación pese a la obligatoriedad de compaginarlo con los estudios. “El mayor problema de los niños son los ordenadores y los móviles. En Álava ha bajado el nivel, como en toda España. No se volverá a los niveles anteriores nunca, aquello fue algo de otra galaxia”, vitupera Clemente. En términos similares se expresa Lacambra, desvinculada ya por completo del atletismo pero con una opinión muy formado de lo que está sucediendo. “La rivalidad de antaño es lo que movía a los grupos. Antes éramos todos amigos. Lo mejor que me he llevado del atletismo son Maite Zúñiga, Marisol Morquecho y Elena Ocasar. Ahora no se hace para divertirse. Los niños tienen la mentalidad de Messi y Nadal”, recalca. Mikel García tampoco se muerde la lengua. “Hay más cantidad pero menos de calidad. En mi época, se entrenaba todos los días. Ahora, un juvenil o un junior trabaja, como mucho, cuatro a la semana. No tienen disponibilidad por el inglés, los estudios... Todo lo que decidan los padres”, analiza preocupado el vicepresidente.

Los aludidos apuntan en la misma dirección, aunque se defienden con argumentos hasta cierto punto comprensibles. Pese a que pagan una cuota anual a sus clubes -en algunos casos 150 euros-, éstos no pueden financiar todos los gastos existentes (viajes a la competición, masajista, material deportivo...) a lo largo de una temporada debido a los pocos patrocinadores que invierten hoy en día en el atletismo. La Diputación Foral de Álava también ha decidido eliminar becas y, por tanto, cuesta realizar un aseado trabajo de formación que atraiga a los más jóvenes. “A mí, el atletismo me cuesta dinero. Con unas zapatillas de clavos puedes llegar a estar dos años”, enfatiza Osmar. Ibone no sólo asiente sino que desvela que “en el masajista te gastas fácil 80 euros”. Otro dato muy triste son los seguros médicos. “Es sólo por accidentes. Si sufres una caída, hay que engañar y decirque nos hemos pegado contra una valla”, recuerdan. La falta de técnicos especializados para las categorías inferiores -apenas diez en Álava pese a que son remunerados por los clubes-, también representa otro hándicap.

De cara a un futuro que se vislumbra con optimismo merced a la irrupción de jóvenes valores -los nombres de Yaiza Cristóbal, Claudia Anduaga, Naiara Ríos, Amaya Pinedo, Olga Guerra, Iraitz Azkarate, Eneko López o Eugenio Moreda centran las mayores esperanzas-, todos hacen un llamamiento a la desesperada a las instituciones para que se vuelquen con este deporte. “No es que seamos el patito feo, pero falta tacto y cariño. Si seguimos con esta política de recortes, cada vez habrá menos atletas y la gente abandonará progresivamente. Los chicos necesitan un empujón”, describe Clemente. Los clubes, con problemas de financiación para cuadrar números, también ponen el grito en el cielo. “No hay peligro de desaparición, pero sí de falta de actividad. El que no funcione como empresa, tendrá un final negro. Si hay recortes, que sean para todos. Incluidos, los dos grandes de la provincia a los que nunca se toca”, precisa Mikel García.

Las pobres infraestructuras constituyen, a su juicio, un problema añadido. En toda Álava, únicamente existe una pista homologada para entrenar y acoger competiciones de alto nivel. La saturación de atletas en el módulo de Mendizorroza, especialmente por las tardes, también genera una incomodidad latente para la que no se pone remedio. De ahí que una vieja aspiración de todos los implicados en el atletismo vuelva a salir a escena. “A esta ciudad siempre le ha hecho falta una pista cubierta debido a la mala climatología”, coinciden en señalar. Durante la década de los 90, hubo un proyecto para su construcción en la antigua plaza del ganado que, sin embargo, no cuajó. En su lugar, se levantó el antiguo Pabellón Araba para dar cobijo a un Baskonia que por entonces ya empezaba a asomar la cabeza entre los grandes del Viejo Continente. Según Mikel García, habría un lugar perfecto hoy en día para satisfacer este objetivo. “Debajo de la cúpula del Buesa Arena, sería perfecto. Tiene las medidas perfectas y quedaría bonito, aunque sería costoso”, saca a la palestra como posible alternativa.

Este año ha igualado un récord histórico de Álava que estaba vigente desde 1999 en poder de Oscar Ibáñez. En el pasado Autonómico, paró el crono en 21, 96 segundos en los 200 metros. Pertenece al Zailu y antes practicó fútbol y baloncesto.

Vicepresidente del club La Blanca de Vitoria, responsable de organizaciones de la Federación Alavesa y miembro de la junta directiva de la Federación Vasca. Exatleta y con el título de entrenador nacional. Vinculado al deporte desde hace 34 años.

Natural de Llodio, compatibiliza a sus 25 años el atletismo y el triatlón. En su día, también practicó natación y en la actualidad imparte clases en Ibaiondo. Vencedora de varias Herri Krosa

y una de las mejores atletas de la provincia.

Primera alavesa que tomó parte en unos Juegos Olímpicos (Seúl en el 88) en la prueba de 400 metros. Mejor atleta española en 1986 y multimedallista en los Campeonatos de España. Plata en el Europeo de Lievin (1987) en el 200 m.

Director técnico de la Federación Alavesa y Vasca de atletismo. También es entrenador nacional. Por sus manos han pasado, entre otros, Martín Fiz, Maite Zuñiga, Maite Urcelay o Iván Sánchez. Además, es profesor de instituto.

Atletas federados. Entre 320 y 330 cuando arranca la temporada.

Número de clubes. 10, de ellos siete en Vitoria. Los otros tres tienen su sede en Llodio, Amurrio y Ribabellosa. La provincia también cuenta con cuatro escuelas (La Blanca, Barrutia, Zailu y Laudio).

Entrenadores titulados. Apenas hay 10 (obligatorio sacarse el título en Madrid). También hay 27 jueces, aunque se pretende ampliar dicha cifra en los diferentes cursos puestos en marcha.

Licencias escolares. 310 niños practican atletismo adscritos al programa de la Diputación.

Pruebas. Dos de cross absoluto, diez de cross escolar y 36 por vía urbana (populares).