EL MADRID ESPERA RIVAL. Isco iluminó el tránsito en Yeda de un estupendo Real Madrid, que puso en escena una gran versión para dejar en evidencia a un desdibujado Valencia (1-3) y acceder a la final de la Supercopa de España. El partido, en un estadio con solo más de la mitad del aforo cubierto, fue un escenario desangelado lejos del calor esperado para un choque entre dos de los equipos con reclamo del fútbol. No hubo noticias del campeón de la Copa del Rey, superado desde el principio por su rival. Nada que ver con la función que ambos representaron tres semanas atrás, en Liga. Llena de equilibrio y motivación. Tensa y sin resultado definitivo hasta el final. En el estreno en Arabia Saudí el cuadro de Celades solo se dejó ver al final. Con el marcador imposible. Por una cuestión de orgullo. Antes, fue señalado por un rival en ebullición, que mejora cada jornada. El Valencia fue superado con claridad y, para cuando se enteró de la marcha del partido, el conjunto ché ya tenía dos goles en contra. Podían haber sido más. Foto: Efe