La Copa vuelve a escena. Regresa la competición en la que el Glorioso rozó la gloria con la final en el Vicente Calderón tras su regreso a la máxima categoría pero en la que durante las últimas temporadas ha mostrado su peor versión a través de las estrepitosas eliminaciones ante rivales más modestos. Los pupilos de Luis García, que llegan a la eliminatoria copera inmersos en una dinámica positiva de resultados y en lo más alto de la tabla en el campeonato doméstico, afrontan la visita a Lleida como una cita necesaria para pasar de ronda y prolongar su dulce estado anímico.

La Copa, además de consolidarse como un torneo atractivo tras su modificación de formato, en el que las primeras rondas son a partido único y en el campo del rival de inferior categoría, es una competición idónea para ofrecer cierto rodaje de minutos a los jugadores menos habituales. Así, en la expedición albiazul, son varios los futbolistas que tienen la certeza de regresar a la dinámica competitiva.

Es el caso del guardameta Owono, que este curso está siendo el fiel escudero de Sivera bajo la portería y tendrá la oportunidad de sumar una nueva aparición en esta primera ronda. Otro rostro que está llamado a reengancharse es Sedlar, que tras su lesión ante el Albacete se perdió los últimos cinco compromisos y en esta ocasión podría ser de la partida en la retaguardia. En cuanto a la sala de máquinas, Benavídez será también una pieza clave ante el Lleida, pues tras su expulsión en la última jornada no podrá jugar ante el Eibar pero sí lo hará en Copa.

La alineación que disponga Luis García sobre el tapete del Camp D’Esports, eso sí, estará condicionada por el reglamento. Y es que tan solo podrán concurrir un máximo de cuatro futbolistas procedentes del equipo filial sobre el terreno de juego. Por ello, para evitar el alambre, tan solo coincidirán tres futbolistas con ficha del filial sobre el terreno de juego.

En frente del Glorioso estará un Lleida que, pese a ocupar la zona de play off por el descenso, se muestra ilusionado ante el desafío de derrocar a una escuadra de superior categoría. El cuadro catalán, dirigido por Pere Martí, compite en la Segunda RFEF y tal y como apuntó el técnico babazorro en la rueda de prensa previa al partido, es un rival que “propone, que quiere llevar la iniciativa y presionar alto”.