Al menos 125 personas han muerto, entre ellas 17 niños, y alrededor de 300 han resultado heridas en la región javanesa de Malang, (Indonesia) como consecuencia de los disturbios registrados en el estadio de Kanjuruhan tras un partido de fútbol entre los equipos del Arema FC y el Persebaya Surabaya, cuando las fuerzas de seguridad respondieron a una invasión de campo con el uso de gases lacrimógenos que ocasionaron una enorme estampida humana en el estadio.