Joan Peñarroya tenía entre uno de sus objetivos recuperar a la afición del Buesa Arena. El técnico catalán buscaba que la afición azulgrana se divirtiera con su equipo. Otro de sus retos era implantar un juego alegre y vertiginoso. Pues bien, ha logrado saldar con éxito los dos retos planteados.

El Cazoo Baskonia se destapó ayer como un equipo con un juego vertiginoso, alegre y “con chispa”, como ha señalado el técnico de Terrasa en más de una ocasión. Además, quedó claro que la afición se lo pasó en grande con ese estilo. La escuadra azulgrana fue un volcán una vez que despertó de su letargo. Un equipo que hacía sangre cada vez que su rival cometía un mínimo error. Buena prueba de ello es que la escuadra gasteiztarra anotó 16 puntos tras pérdida de Unicaja y otros 11 al contraataque.

Las buenas noticias no quedaron ahí. 49 de los 103 puntos que anotó el conjunto gasteiztarra en el estreno liguero llegaron desde el banquillo. Todos aportan. Un equipo. Así se comportaron ayer los pupilos de Peñarroya. Todos suman. Todos son importantes y no se depende de un solo hombre por mucho que haya excelentes individualidades en la plantilla.

Y es que ante el cuadro malagueño hasta seis jugadores superaron los diez puntos. Un Darius Thompson soberbio lideró este aspecto con 20, Howard, un microondas letal y al que no le puedes dejar ni un milímetro, colaboró con 15, mientras que Tadas Sedekerskis, Marinkovic y Kurucs aportaron 12 cada uno y Giedraitis 11. Trabajo coral. De un equipo competitivo. Que lucha siempre. Eso es lo que quiere Peñarroya. Que su equipo no baje nunca los brazos. Ni ganando por 15 a falta de tres minutos. “El average es importante”, gritaba a sus jugadores durante el último tiempo muerto.

35 puntos en contra de inicio...

No vale relajarse. Siempre hay que ir a mil por hora. Con las revoluciones al máximo. Atrás y delante. Así se comportó ayer este Baskonia. Un ritmo trepidante que acabó atropellando a un incrédulo Unicaja.

Y es que los de Ibon Navarro comenzaron el duelo de manera soberbia. Ni un fallo en nueve minutos. 6/6 en tiros de 2 y 7/7 en triples llevaban a falta de un minuto para la conclusión de los primeros diez minutos, que acabarían con 35 puntos y 43 de valoración. Pues bien, en esos últimos minutos, el Baskonia ya provocó dos fallos en los lanzamientos de dos y otros dos en los triples. Comenzaba la reacción.

37 a favor después

Los azulgranas salieron de su letargo. Y es que pasó de recibir 35 puntos en el primer cuarto a encajar solo 25 en los dos siguientes (12+13). Además, su voracidad ofensiva en un segundo cuarto excelente le permitió incluso superar los números de Unicaja. 37 puntos anotarían en ese segundo parcial los baskonistas, con unos porcentajes magníficos: 6/7 en tiros de 2, 6/8 en triples y 7/8 en libres. Además los pupilos de Peñarroya repartirían 8 asistencias, provocarían 5 pérdidas en el rival, robarían tres balones fruto de su intensidad defensiva y acabarían con una valoración de ¡¡¡56!!!. Casi nada.

Los guerreros del Buesa encarrilaron el choque en esos diez minutos eléctricos, en los que logró un espectacular parcial de 37-12, con el que se pasó de un inquietante 22-35 a un tranquilizador 59-47. A partir de ahí ya el partido fue cuesta bajo. Ni el traspié sufrido por Howard alteró el guión de la velada.

El estadounidense ya había hecho su trabajo. De hecho, el ex de los Denver Nuggets y Tadas Sedekerskis fueron los auténticos dinamitadores del encuentro en ese segundo parcial que a buen seguro quedará grabado en la retina de los aficionados baskonistas. El eléctrico 'combo' tan solo estuvo en cancha 3:32 tiempo suficiente para demostrar que tiene una metralleta en sus manos. 10 puntos –3/3 de dos, 1/3 de 3 y 1/1 de uno– para 12 de valoración en ese tramo. El lituano, clave también, colaboró con otros 10 puntos –2/2 de 2 y 4/4 de 1–, además de 2 rebotes, 1 asistencia, un robo y dos faltas recibidas, para 15 de valoración. Soberbio. Como todo un Baskonia, que de inicio ya alcanza los 103 puntos. Es lo que tiene ser un equipo de gatillo fácil.