La ya excapitana del Kutxabank Araski, Laura Pardo, se despidió ayer en Mendizorrotza de forma oficial como jugadora profesional y lo hizo con mucha emoción y lágrimas de agradecimiento hacia toda su gente querida durante todos estos años. La vitoriana hizo un breve repaso de lo que ha sido su carrera durante estas 20 temporadas, en concreto desde sus comienzos a los 13 años hasta su despedida del club vitoriano a los 32. Un laborioso camino donde ha podido vivir de todo, tanto en el País Vasco como fuera, dejando siempre una estela de profesional intachable.

Visiblemente emocionada, la ala-pívot admitió que todas estas temporadas han requerido “mucho desgaste tanto físico como mental” al tener que compatibilizar su jornada laboral de ocho horas con el baloncesto profesional. Hasta el punto de que tenía que pedir vacaciones para poder entrenar o jugar. “Aunque necesite tiempo para asimilar todo lo vivido y pueda hacer un buen balance, jamás olvidaré la fase de ascenso en Cáceres levantando aquella Copa”, rememoró Pardo entre lágrimas. Al mismo tiempo, la excapitana aseveró entre risas que todavía recuerda “cómo llegué a las 7 de la mañana a Vitoria tras el ascenso y una hora después me tuve que ir a trabajar”.

Laura dedicó palabras de agradecimiento para sus compañeras, las personas que conforman la familia del Araski, familiares o incluso para los medios de comunicación de la ciudad. “Me he sentido muy querida y arropada durante todo este tiempo y aunque tenga que asimilar todo lo vivido, quiero dar las gracias a todo el mundo que ha estado ahí conmigo”, precisó.

La baloncestista vitoriana insistió en que durante los últimos tiempos “he estado compatibilizando el trabajo con el baloncesto y ante la incapacidad de dar mi 100% la temporada que viene en los dos sitios, he optado por esta opción de retirarme”. De cara al futuro es pronto aún para aventurar cosas, pero la capitana sí dejó claro que “de una forma u otra estaré ligada al baloncesto y al Araski”, aunque todavía no sé ni cómo ni cuándo”.

Junto a ella estuvieron presentes en la despedida Iratxe Rodríguez, Madelén Urieta y el resto de la directiva de la entidad. La presidenta aseguró que “el club pierde una referente, pero nos alegramos por su oportunidad laboral”. Eso sí, también hizo hincapié en que “Laura es casi imposible de sustituir y no podemos hacerlo; por eso mismo nos toca reinventarnos, pero también estamos seguras de que Laura estará cerca de nosotras y esperemos que su situación laboral se lo permita”.

En la misma línea se mostró la entrenadora, Madelén Urieta, quien también se emocionó al hablar de la capitana. “Laupa es insustituible, una jugadora que con sus valores lo ha demostrado todo y es un ejemplo para todos, tanto para sus compañeras como para la cantera. De alguna u otra forma estará con nosotras, ya sea en el cuerpo técnico o en otro sitio, pero haremos todo lo que sea posible para que esté en el Araski”, recalcó la ayalesa.

Ahondando en el futuro de Laura Pardo, la entrenadora del Araski afirmó que “por cómo es ella, puede estar dónde ella quiera por su carácter; si no existe el puesto que ella pueda hacer, lo inventaremos para que pueda cubrir sus expectativas, estar cómoda y ayudar al club”. Eso sí, Made quiso terminar su alocución aclarando que “aún tengo la esperanza de que no le llamen del trabajo y que pueda seguir un año más con nosotras”.

Laura Pardo, más conocida como Laupa en el entorno del Araski, se formó entre Vitoria (Club Baloncesto Araba) y Madrid (Real Canoe), aunque regresó a la capital alavesa para iniciar sus estudios de Administración y Gestión de Empresas. Durante este tiempo compitió en el Abaroa de Primera Nacional y el Irlandesas de Liga Femenina 2. En el año 2013 firmó un contrato con el Araski, pero únicamente pudo disputar un partido tras recibir una beca que le permitió trabajar en Dublín (Irlanda). El verano siguiente retornaría a Vitoria y desde entonces ha defendido la elástica verde con gran pasión y compromiso. Esta temporada ha disputado 25 partidos promediando 1,5 puntos y 1,2 rebotes en algo más de 9 minutos.