- Por un instante, Joxean Fernández, Matxin, mánager del UAE, el equipo que arropa al astro Tadej Pogacar, bicampeón del Tour de Francia, suspende el tiempo. Lo para. Frena su discurso Matxin y hace una paradita como si fuera a lanzar un penalti decisivo. Gestiona la maniobra con la seguridad de quien sabe que va a marcar. Esa pausa concede solemnidad al momento. También le otorga rotundidad. La espera posee cierto punto de dramatismo, como cuando uno aguarda una frase redonda y cargada con el plomo de la contundencia. Una revelación. Algo irrebatible. “Si la pregunta es si Tadej es mejor que el del año pasado...”. Caen un par de segundos de silencio y se desploma un sí repleto de simbología. “La respuesta es sí”. La afirmación contiene un mensaje demoledor para sus competidores. El esloveno, que dominó la temporada de punta a punta, parece aún más inaccesible.

El pasado curso Pogacar se coronó por segunda vez consecutiva en el Tour de Francia y fue capaz de arrancar dos Monumentos al calendario, la Lieja y Il Lombardia, además de conquistar la Tirreno-Adriático, el UAE Tour y el Tour de Eslovenia. Si el esloveno superlativo es mejor que el del año pasado, ¿cuál es su límite? “Bueno, con solo 23 años lo normal es evolucionar y ser mejor ciclista. Él sigue progresando”, constata Matxin. Los números de Pogacar, anunciados en strava y donde se constatan nuevos logros y récords, apuntalan las palabras del vizcaíno sobre el muchacho de las piernas de oro. “Tadej no me sorprende, digamos que me emociona, siento orgullo por lo que es capaz de hacer”, matiza el vizcaíno.

A Eddy Merckx, el más grande de todos los tiempos, no le importa que comparen al fenómeno esloveno con él. Ha bendecido a Pogacar, el único capaz de aproximarse al legado del belga. “Es un corredor muy valiente, le gusta ser agresivo en carrera, mira siempre hacia delante. Además es muy inteligente y tiene una gran lectura de carrera”, describe el mánager del UAE respecto a un ciclista que toma sus propias decisiones en la carretera. “El ataque camino de Le Grand Bornand fue una idea suya. Yo no le dije que atacara. No se lo plantee. Fue una decisión autónoma. Hizo lo mismo en Il Lombardia. No esperó a la última subida”, analiza Matxin. Pogacar se asentó en el trono de su segundo Tour a través de ese ataque y celebró la Clásica de las hojas muertas buscando la gloria desde lejos. El esloveno no espera a nadie. “Mira continuamente hacia delante”, constata el vizcaíno.

En el porvenir del esloveno destella el neón de julio. El ancla de la temporada de Pogacar se hunde sobre las profundidades del Tour de Francia, la razón de ser de los grandes campeones. “Quiero que llegue con fuerza y con ganas a la carrera”, establece Matxin, que subraya de Pogacar su “carácter ganador, es muy competitivo”. En el camino hacia la Grande Boucle, el esloveno esquivará la Itzulia que disputó el pasado año. “Su calendario es en parte parecido al del año pasado y en parte diferente. En 2021 no corrió dos grandes y esta temporada está previsto que corra el Tour y la Vuelta, eso implica que hay que renunciar a algunas carreras”, diserta el mánager del UAE.

A pesar de su jerarquía, de la promesa que gravita alrededor de él, no entiende Pogacar de presión. “Disfruta cada día de las carreras, de la competición”, indica el mánager vizcaíno. El esloveno es un animal competitivo. Voraz. El hambre, además del talento, las capacidades físicas y el carácter distingue a los campeones. “Es que, ¿qué presión tiene? Presión es tener un suelo de 1.000 euros, dos hijos y tener que llegar a fin de mes”, apunta Matxin. “A lo que me refiero es que él es un privilegiado. Que genera expectativas, claro, pero no siente presión. Hace lo que le gusta, es muy bueno y está bien valorado económicamente. Eso no es presión”, describe el vizcaíno.

Aunque su ascendente competitivo y sus logros son indiscutibles, al esloveno no le puede el oropel. “En ese sentido es el mismo de antes. El hecho de ganar dos veces el Tour no le ha cambiado la personalidad”. No existen privilegios para él dentro del equipo. Es uno más. “Eso es algo que tengo muy claro. En el equipo todos son iguales en ese aspecto. Todos viajan igual, en el mismo avión, y todos comen igual”, destaca el mánager. “Si es el último en llegar al autobús, por ejemplo, se sienta en el sitio que haya libre. Lo mismo ocurre con el tema de los compañeros de habitación. Me gusta que todos estén con todos. Él no impone nada. Nunca he hecho distinciones con Pogacar”, expone Matxin, que aspira que el UAE, el proyecto al que se incorporó en octubre de 2018, se convierta en el mejor equipo del mundo en un futuro próximo. Con esa idea, Matxin ha reclutado a Joao Almeida, Marc Soler o George Bennett. “Creo que le dan solidez y seguridad al equipo”, apunta el vizcaíno. Probablemente ellos serán parte de la guardia pretoriana del esloveno en el Tour. “El equipo que correrá el Tour lo tengo claro”. También que Pogacar, el rey de Francia, es mejor que el año pasado.

“Con solo 23 años lo normal es evolucionar y ser mejor ciclista. Él sigue progresando ”

“Si es el último en llegar al autobús, se sienta en el sitio que haya libre, no se hacen distinciones”

Mánager general del UAE