oan Laporta bajó exaltado al vestuario después de la derrota en las semifinales de la Supercopa contra el Real Madrid. El presidente del Barcelona lanzó un discurso ante sus cabizbajos jugadores avalado por el “orgullo”, por la imagen de esperanza. Pretendía que el Clásico fuera una catarsis a pesar de la eliminación. A su juicio, la actuación era la confirmación de una transformación. El equipo dejaba de estar sumido en una depresión que encontró su momento icónico en la salida de Leo Messi del club. “Este es el camino, míster. Equipo técnico, muy bien, valiente. Lo hemos tenido. Ahora solo falta que ya empecemos a ganar. Estoy seguro de que es el camino y lo vamos a conseguir”. ¿Populismo o realidad? El Athletic mide este jueves, en los octavos de final de la Copa, las impresiones del ilusionado Laporta. San Mamés arrojará respuestas.

La llegada de Laporta a la presidencia y su posterior apuesta por Xavi Hernández depositaron toda la confianza del cambio a corto plazo en el entrenador, una leyenda de la entidad. El técnico de Terrassa llegó a un equipo en ruinas, pendiente de una urgente reconstrucción.

Xavi debutó en el banquillo en la jornada 14. Cogió a un equipo situado en la novena posición de LaLiga, con 17 puntos en su casillero, a 6 de los puestos de Champions League y con un partido pendiente por disputar. Tras el triunfo por 1-0 frente al Espanyol llegó el primer revés. El equipo empató contra el Benfica (0-0) y quedó obligado a ganar en Múnich para acceder a la siguiente ronda de la competición europea. El Bayern se impuso con un arrollador 3-0 devolviendo al equipo a la cruda realidad. El Barça quedó eliminado en la fase de grupos de la Champions 21 años después. No obstante, la figura de Xavi no quedó dañada. La ilusión permaneció intacta. El escaso margen de tiempo desde su llegada alivió al técnico y su posible influencia en la reacción del equipo.

Tras doce partidos al frente, Xavi ha amasado 5 victorias, 4 empates y 3 derrotas. En LaLiga, una vez superada la jornada 20, el Barcelona es el sexto clasificado, y está a un solo punto de la zona Champions. La progresión es evidente para tratar de salvar la temporada alcanzando un billete para la máxima competición continental.

En la Copa, aunque el plantel blaugrana superó la primera ronda, lo hizo con un poco convincente triunfo ante el Linares (1-2). En el último compromiso, el de las semifinales de la Supercopa, el equipo salió reforzado, según Laporta. La siguiente estación es San Mamés, un termómetro para Xavi.

Ahondando en las estadísticas, en los doce encuentros disputados por el conjunto de Xavi el equipo ha dejado ver carencias tanto en el apartado goleador como en el defensivo. Solo ha mantenido la portería a cero en tres ocasiones (Espanyol, 1-0; Benfica, 0-0; Mallorca, 0-1) y únicamente ha ganado un partido por más de un gol (1-3, ante el Villarreal). El balance es de 16 goles a favor y 15 en contra. Resulta sintomático que el máximo realizador de la era Xavi sea Luuk de Jong, para quien se buscaba la salida del club este invierno, con tres dianas.

El espíritu de reconversión y las lesiones han motivado a Xavi a apostar por jóvenes como Abde, Ilias, Jutglà o el recién fichado Ferran Torres, quienes se han sumado a los Nico, Gavi, Pedri, Ansu Fati, Mingueza o Araujo, a los que Ronald Koeman dio un protagonismo que Xavi ha mantenido o incluso elevado; por contra, el cedido Coutinho o Dest han desaparecido de los planes. El entrenador de Terrassa asegura que se trata de una generación que atesora un nivel incluso superior a la suya. En este sentido, el futuro se intuye esperanzador. Pero en el Barça no se permite la espera. En un club considerado grande los resultados han de ser inmediatos.

Laporta sostiene que “solo falta que ya empecemos a ganar” para poner la guinda al proyecto. Lo cierto es que el Barça de Xavi parece saber a lo que juega. “Necesitábamos un cambio, la gente no estaba contenta y creemos en Xavi”, confesó Mingueza en TVE3. Aunque el juego de posesión es innegociable, el técnico ha introducido novedades: alterna los esquemas 4-4-3 y 3-4-3; el riesgo en los pases es mayor en búsqueda de la verticalidad y las situaciones ventajosas para los delanteros, para que gocen de espacios; se confía en las posibilidades que ofrece el contraataque; en momentos dados los laterales se desplazan a posiciones interiores del campo; se busca la superioridad numérica en zonas altas sumando jugadores desde la segunda línea; se ha recuperado la presión intensa y alta; el bloque es más compacto porque abarca menos espacio sobre el terreno de juego; se aprovechan las oportunidades de disparo sin complejos... Los resultados juzgarán la eficacia de la propuesta. El Athletic medirá la catarsis.

En el Barcelona de Xavi se intuyen brotes verdes, pero el equipo está obligado a escarbar en su margen de mejora para progresar

El técnico ha introducido cambios pero los resultados aún son discretos (5 victorias, 4 empates y 3 derrotas) pese a estar más cerca del objetivo