"Sufrimos desde el primer día". Y mucho. Hasta cierto punto es lógico pasarlo mal en una prueba del calibre del Dakar. Sin embargo, lo que tuvieron que vivir los alaveses que iban a tomar parte en el mítico raid africano no está en los escritos. Lo suyo fue una auténtica odisea de principio a fin. Al menos con final feliz, tal y como apunta un más que satisfecho Denis Santos, uno de los protagonistas del equipo OD22. "Empezó mal y acabó bien".

Y es que los sobresaltos ya llegaron desde el inicio, según relata el piloto gasteiztarra. "Mi copiloto Iñigo García dio positivo antes de viajar y también cogió el coronavirus, que iba a ejercer de mecánico". Dos bajas inesperadas de última hora que trastocaban todo el plan de preparación inicial.

La expedición de siete integrantes se veía reducida a cinco y Denis Santos necesitaba un copiloto para arrancar el rally. Pues bien, el equipo provincial se puso manos a la obra y cambió la inscripción en el último momento de Iñigo Ruiz, que acudía a su primer Dakar como mecánico y pasaría a ser copiloto. "Tuvimos dificultades ya que no nos defendemos en inglés, pero se pudo hacer el cambio a tiempo". Eso sí, el equipo se quedaba cojo. Muy, muy cojo.

La aventura la iban a iniciar los dos vehículos con dos pilotos -Denis Santos y Antonio Campos- y sus respectivos copilotos -Iñigo Ruiz y Miguel Ángel Muiños-, además del camión de asistencia, conducido por Benito Salazar. No había mecánicos tras el cambio de funciones de Ruiz y la baja de Damián Santos. Por eso, tendrían que hacerse ellos todo. Complicación máxima. El reto aumentaba, pero el OD22 no se amedrentó ante las dificultades, sino que le echó ingenio.

Tocaba reinventarse a última hora o abandonar. Esto no entraba en los planes después de 15 años de espera. La estrategia era dar un curso acelerado de copiloto a Iñigo Ruiz. "Fueron unas clases de navegación intensivas. Se iba aprendiendo sobre la marcha y al principio fallamos bastante, ya que no sabía navegar y fuimos penalizados en varios puestos", relata Santos.

Sin embargo, a medida que avanzaba la carrera el mecánico reconvertido a copiloto dio un paso al frente y fue de gran ayuda para su compañero. El tándem empezaba a funcionar y los buenos resultados comenzaban a llegar. "Fuimos escalando posiciones y llegamos a colocarnos en el puesto 24 de la general", comenta satisfecho.

Pues bien, el Dakar les jugó de nuevo una mala pasada. Si el raid comenzó de forma más que accidentada, las sorpresas desagradables volvieron a hacer acto de presencia en la 9ª etapa en forma de una avería mecánica que les hizo perder más de diez minutos y les bajó hasta el puesto 50 de la general. Mala suerte. Muy mala. Al menos, fueron capaces de seguir en carrera, algo que no pudieron decir sus compañeros de equipo Campos y Muiños.

Vuelta campana y abandono

La desgracia se cebó con los otros dos integrantes que competían en este Dakar. Y es que lo suyo fue de auténtica mala suerte. El dúo provincial se encontró a punto de terminar la quinta etapa con tráfico de lugareños y decidieron abandonar la ruta para rebasarles.

Pues bien, fuera de pista una piedra les provocó un pinchazo en la rueda trasera cuando estaban a menos de 10 kilómetros de la meta. Para no perder tiempo decidieron arriesgar y seguir con el neumático pinchado. Veían ya la línea de llegada, cuando en una curva y ya con la rueda en llanta por el desgaste el coche derrapó y volcó. Dos vueltas de campana y el Toyota quedó fuera de combate. "Una pena", como rememora Denis Santos. No es para menos tal y como les estaba yendo la carrera. "Es que estaban a poco más de 50 metros de llegar. Se nota que tienen experiencia y lo estaban haciendo francamente bien ya que en el momento de retirarse iban cuartos en la general", recuerda.

Al menos, no hubo que lamentar daños personales y los dos pudieron regresar "sin un rasguño" al día siguiente a Gasteiz. El equipo se quedaba en cuadro. De los siete integrantes inicialmente previstos, quedaban en carrera solo tres. Sin mecánicos, ni ayuda externa el trabajo se acumulaba. "Era agotador", evoca Santos. "Llegábamos al vivac y había que montar la tienda, limpiar el coche y hacer nosotros de mecánicos. Cambiar el aceite, filtros, ruedas, mirar niveles... Todo. Fue bastante duro".

Pese a todo, Denis Santos tiene claro que ha merecido la pena y se ha podido sacar la espina de su abandono en la edición de 2007. "Por supuesto que me la he quitado. Es que he acabado súper contento. Mejor de lo esperado", asegura.

Su objetivo era finalizar y lo ha superado con creces ya que se metieron entre los 40 primeros de la general en una categoría con más de 150 participantes y además durante un buen número de etapas lograron clasificarse entre los 20 primeros. "Ha estado muy, muy bien. Si no llega ser por los fallos de navegación iniciales y esos minutos de la avería, acabamos entre los 20 primeros". Ambiciosos. Por eso, aunque ahora estén exhaustos no duda en que repetirán en el futuro. "El año que viene volvemos seguro", concluye.

"Tuvimos que dar clases de navegación intensivas a Iñigo Ruiz, que viajaba de inicio como mecánico"

"Podríamos haber acabado entre los 20 primeros sin todos estos problemas"

Piloto alavés en el Dakar