- Tanaya Atkinson y, en menor medida, Leia Dongue acapararon los flashes mediáticos con 25 y 24 puntos, respectivamente, en la épica victoria ante el Baxi Ferrol que mantiene vivo el sueño copero. Tamara Seda también hizo historia el pasado martes al convertirse en la máxima anotadora del Kutxabank Araski en la Liga Femenina con 621 puntos.

Sin embargo, la asombrosa remontada de las discípulas adiestradas por Madelén Urieta cuando todo parecía perdido no se habría entendido jamás sin la raza de una jugadora vitoriana en la madurez de su carrera que ha regresado esta campaña a la Liga Femenina por la puerta grande.

Para que el pequeño milagro de la victoria terminara de ver la luz con todo el suspense del mundo, Arrate Agirre brindó el clásico plus de una jugadora de la casa que siente los colores y está plenamente identificada con los valores del club. Su despliegue físico resultó conmovedor recorriendo kilómetros en defensa y levantando constantemente los ánimos de un grupo que jamás dejó de creer. Al margen de su magnífica estadística (14 puntos con 4 de 6 en triples, 3 rebotes y 3 asistencias en 27 minutos), Arrate colocó un soberano tapón en las postrimerías de la velada que encendió todavía más los ánimos de un Mendizorroza en llamas.

Si la afición verde creyó en buena medida en la proeza ante el cuadro gallego fue, en parte, gracias a la inestimable ayuda de una canterana todo pundonor que ha retornado tres años después al primer plano. Y es que Arrate, de 28 años y 1,75 metros de altura, decidió en 2018 echarse a un lado para atender sus ineludibles compromisos laborales. Eso sí, nunca abandonó el fervor por el baloncesto porque durante todo este tiempo ha seguido matando el gusanillo en el conjunto filial del Kutxabank Araski que compite en Primera Nacional.

Licenciada en Dirección de Empresas, la exterior vitoriana ejerce como profesora de Economía. Por lo tanto, las 24 horas del día no le conceden margen para todo. Compatibizar los estudios con el trajín que implica su presencia en un equipo del más alto nivel del baloncesto femenino resulta, en ocasiones, imposible. En esta ocasión ha hecho una excepción por el bien de un Araski con orfandad de efectivos en la cuerda exterior en varios tramos de esta temporada debido a los problemas físicos de Izaskun García o la momentánea ausencia de María Asurmendi.

Un compromiso a prueba de bombas de una jugadora todo pundonor y corazón que ha formado parte del Kutxabank Araski desde su nacimiento. A excepción de aquella incursión en Finlandia, país donde hizo un Erasmus y estuvo de visita en diversos colegios, Arrate siempre ha lucido la elástica verde que identifica al principal exponente del baloncesto femenino alavés.

Uno de los que mejor la conoce dentro de la amplia estructura de técnicos del club es Alex Suso, técnico del filial que le ha inoculado sus conocimientos para que siga al pie del cañón. No en vano, ha sido su entrenador durante tres campañas, dos como ayudante y uno como principal. "Para los que la seguimos en el día a día, no nos sorprende su rendimiento", asegura en primera instancia este vitoriano, quien define a Arrate Agirre "como la mejor de las mejores de Primera Nacional, una categoría donde hace lo que quiere".

La ascendencia de la escolta dentro del Kutxabank Araski está siendo notable. Así lo atestiguan sus 5,4 puntos, 2,1 rebotes y 1,8 asistencias en algo más de 17 minutos. Una soldado de Made Urieta que ha participado en 12 de los 14 partidos disputados por el equipo vitoriano sin apenas notar la inactividad de tanto tiempo alejada de los focos.

"Tiene mucha garra y mucho carácter. Cuando el partido se complica y exige otras cosas más allá de la técnica y la táctica, ella te lo va a dar seguro. Defiende duro y le va a brindar al equipos unos intangibles que a lo mejor otra no consigue. Es muy competitiva", ensalza Suso de Arrate, que siendo estudiante de Bachillerato de la Ikastola Armentia ganó unas Olimpiadas de Matemáticas.

Tan solo las obligaciones laborales han impedido, a su juicio, que la polivalente jugadora tuviera más continuidad en la élite. "Tranquilamente podría haber jugado más años si ella hubiera querido. La prioridad de Arrate ha sido seguramente la de no estar en primera línea del baloncesto profesional. Esta campaña le ha tocado volver casi sin querer. Otras jugadoras como Cristina Molinuevo, que ha terminado Medicina y es médica, también compaginan el trabajo con los partidos en Primera Nacional. Al final, cada una tiene su propia realidad y, sin querer hablar por ella, lo que tiene Arrate en la cabeza es diferente a lo que puede exigir un primer nivel", reconoce el técnico.

Lo único cierto es que el Kutxabank Araski, tal y como reconoce Alex sin ambages, presume "con orgullo" de haber formado y seguir acogiendo entre sus filas a "jugadoras de la casa como Laura Pardo" que llevan "muchos años" y "seguramente sienten el club de una manera diferente" a otras foráneas.

"Para los que seguimos su día a día, no nos sorprende lo que está haciendo esta campaña"

"Cuando el partido exige otras cosas más allá de la técnica y la táctica, ella te lo va a dar"

"Tranquilamente habría jugado más años en Liga Femenina si ella hubiese querido"

Entrenador del filial del Araski