- Martín Fiz recuerda una anécdota de su etapa cuando competía en cross contra los todopoderosos atletas africanos para explicar la importancia que tiene el entorno en el rendimiento del deportista. “La temporada de cross comenzaba en noviembre-diciembre y a los atletas africanos era imposible ganarles. En cambio a los dos meses ya les podías batir y se debía a que ellos ya echaban de menos a los suyos. El efecto cariño lo llamaba yo. El añorar su tierra y a los suyos les hacía más débiles después de tanto tiempo fuera”, explica.

“Estaban hasta los huevos, querían volver a casa, ya no corrían igual y si les ganabas era por eso”, añade el maratoniano alavés. Por eso, ahora que muchos jóvenes se alejan de sus familias para hacer carrera en el deporte, Fiz reclama un apoyo constante para todos ellos ya que asume que vivirán momentos muy complicados. “Estar lejos de los tuyos no es fácil y a esas edades menos. Si ellos se venían abajo porque estaban tristes, a los chavales les puede llegar a pasar lo mismo”, explica el atleta.

Ese es uno de los problemas a los que tienen que hacer frente. Otro de ellos es la presión que son sometidos a veces por sus padres como desvela el propio Fiz, junto a Beloki y Codina. “La ilusión del padre es poder vivir en el hijo lo que no ha podido vivir él. Muchas de sus frustraciones las han trasladado a sus hijos y quieren que ahora triunfen al no poder hacerlo ellos”, concluyen.