uién es Charlie? El pádel es Charlie. Y ellas sus ángeles. Vayan pasando por recepción y las reconocerán. Tras el mostrador una cara amable, una referencia, las primeras preguntas y la mejor ayuda. Recién llegadas o con unos años de experiencia nos lo ponen sencillo y les damos guerra. "Perdona, una pregunta. ¿Me abres el torno? ¿Hay alguna cancha para las 19.30? A ver, oye, búscame un partido con gente de mi nivel, que el otro día... ¿Y unas zapatillas que no sean rosas y estén a buen precio? Ponme un café mientras tanto".

Y así dale que te pego, codos en el mostrador si la chavala es simpática o le gusta conversar, si le caes un poco bien, o si ese día va guapa que te cagas. Las chicas de la entrada, las mujeres de recepción, el punto de partida y toma de contacto con los 90 minutos siguientes de tu vida. Son el filtro de lo que llega a sus clubes respectivos; "lo nuestro es un ver, oír y callar", asumen. Pura discreción, aunque alrededor del pádel solo cuatro pazguatos y alelados pueden quedarse verdaderamente al margen según transcurren el tiempo y los acontecimientos. Saben guardar un secreto, hasta donde sea posible.

Mari Mar Esteban empezó a trabajar en la Peña cuando todavía usaba la blusa de la guardería; 28 años en la brecha y muy joven aún, siempre con una sonrisa dibujada en la cara y la mejor disposición. "Por lo general, quienes practican éste deporte son gente de buen trato", dice. Susana Egea y Susana Pérezson la atención personificada en Pádel Norte. La primera da con la clave a la hora de explicar su trabajo: "no es presunción, créeme, somos el motor del pádel en nuestros clubes". Es su trabajo, sí, pero también han aprendido a disfrutarlo. Susana Pérez, "agobiada, pero feliz" durante los torneos, como el resto de nuestros custodios, se pone de punto en blanco para entrar, también ellas, a la pista y a disfrutar del pádel, "un deporte donde la actividad deportiva y el ocio se complementan a la perfección. Este es un deporte social y socializante".

Maite Ibabe Beitia se encarga de la atención en el mostrador de Gorbeia Pádel. Le entusiasma "la energía del pádel; te quedas muy a gusto cuando le pegas fuerte a la bola". Lo dice por los demás y por ella misma: "me quedo a gusto por un lado, pero también busco mejorar". Ella, como todas las demás, se ha enganchado a un deporte de moda, social y en fase evolutiva intensiva. Miryam Mateo es una de las chicas del Bakh, "un club muy grande, con mucha gente...", lo que viene a ser un día a día tan intenso como los partidos de Maite, "donde lo mejor es el trato con los padres, sus críos y las diferentes ligas internas que se juegan dentro".

Tenemos aquí la representación del cara a cara del negocio. Pero hay más. Estíbaliz Villa nos atiende en MPC cuando no está en la cancha, Amaia Muñoz en Pádel Júndiz, donde el encanto siempre es especial, la pequeña de las hermanas Santos, Diana, en Pádel Ebro, una mujer con arrestos siempre dispuesta a colocar la derecha donde haga falta y con quien sea, mientras Leire Martínez de Iturrate le releva.

Y está Susana Pipaón, cajón de sastre en Júndiz, pura amabilidad, y también ellos, Eduardo Ciaurriz, que cose y zurce en Pádel Olympic, Juanjo Narvarte, que de un roto devuelve un reto, y Gonzalo Medrano, comodín y artista, dinamizadores y lo que haga falta en los grupos que se organizan en la ciudad del Baskonia y en el "club poligonero" por antonomasia, como le gusta decir a Gonzalo. Porque el sexo de los ángeles es femenino, normalmente, pero también ellos han entrado en esta nómina, con las mismas o parecidas virtudes e igual de elegantes y atractivos.

"Nos mantiene el cliente", coinciden todos, "por eso nuestro trato hacia ellos es el mejor". El cliente siempre tiene la razón y su razón principal es pasarlo bien, entretenerse, hacer deporte un rato y tomarse unas cervezas a continuación.

Lo que pasa fuera de las pistas es bueno. Lo que sucede a continuación, mejor incluso. Pero eso es secreto. En el pádel uno encuentra la relación, la interrelación, el descanso del guerrero y la mejor sintonía. El pádel, además de un deporte en el que la competición ha conquistado un enorme territorio, es, fundamentalmente, un estilo, un entretenimiento, un encuentro y un acto social. "Y nosotras, un filtro...", reiteran al unísono. ¿Quién es Charlie? Uf... ¡hay mucho Charlie!