REAL MADRID Heurtel (4), Causeur (11), Hanga (2), Yabusele (9) y Tavares (5) -cinco inicial-, Williams-Goss (9), Fernández (8), Vukcevic (1), Poirier (13), Llull (12), Abalde (-) y Taylor (4).

OBRADOIRO Hobbs (6), Robertson (11), Scrubb (11) Suárez (6) y Ellenson (20) -quinteto titular-, Okouo (8), Zurbriggen (4), Oliver (-), Beliauskas (-), Birutis (2), Muñoz (-) y Filipovity (-).

Parciales 20-13; 16-17; 15-21; 27-17.

Árbitros Aliaga, Torres y Merino.

Pabellón WiZink Center.

- Tras treinta minutos sin encontrar su juego y lejos de su mejor versión, el Real Madrid despertó a tiempo y resolvió, en un gran último cuarto de Sergio Llull, un partido que se le había complicado en exceso ante un combativo Monbus Obradoiro.

El base balear apareció en la última acción del tercer cuarto para empatar el choque con un triple sobre la bocina y en unos últimos diez minutos en los que, con otros nueve puntos, lideró a un Real Madrid que sufrió más de lo previsto para sumar su tercer triunfo consecutivo.

Porque el equipo gallego saltó al WiZink Center sin complejos y, de la mano de Henry Ellenson y Thomas Scrubb y apoyado en una buena defensa, tomó las primeras ventajas en el marcador.

Los puntos llegaban con cuentagotas y el partido parecía no tener un dominador claro.

Los de Moncho Fernández acusaban su mala tarde en el tiro exterior, una de sus principales armas, y con un solo acierto en sus primeros once lanzamientos triples la confianza en su juego fue mermando.

Una leve mejoría visitante en defensa, acompañada de varios aciertos cerca del aro, bajaron de nueve a dos puntos la desventaja. Pero solo Vincent Poirier parecía tener las ideas claras. El pívot galo, autor de once puntos en el segundo cuarto, elevó por primera vez la diferencia por encima de la decena de puntos.

El intercambio de canastas continuó tras el paso por vestuarios. El Real Madrid, tras 22 minutos de sequía desde al arco, anotó sus dos primeros triples con la firma de Fabien Causeur, aunque poco después vio cómo Walter Tavares cometía su cuarta falta y se iba al banquillo antes de lo previsto. Las dudas asaltaban a los blancos, que no lograban contrarrestar la defensa planteada por Moncho Fernández.

A los últimos diez minutos se llegó con empate a 51 puntos. Moncho Fernández se desesperaba en la banda. Sus dos tiempos muertos no tuvieron efecto porque los locales ya estaban lanzados a por el triunfo y siguieron completando su mejor cuarto hasta el 78-68 final. El jueves les espera en su debut de Euroliga el Anadolu Efes, vigente campeón continental.

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