a ha pasado el verano del 2021. Si bien es cierto que no arrancó de la mejor manera en forma de quinta ola de esta dichosa pandemia que lleva 18 meses ya entre nosotros, el arranque del otoño sí que se ve diferente con una remisión de dicha ola, gracias a la concienciación de todos y, cómo no, al apoyo de la vacuna. Es por eso que ante esta situación hay cosas que estamos recuperando, una de ellas son las marchas de larga duración, interrumpidas desde la ya lejana fecha del 1 de marzo de 2020 con la vivida en Artziniega.

En esta ocasión es el Club de Montaña Gazteizuna prueba, (mejor dicho, tres) con un recorrido exigente pero no exento de belleza y espectacularidad. La marcha principal, la larga, consta de 50 kilómetros con un desnivel positivo de 2367 metros, luego tenemos otra de 25 kilómetros con 1154 positivos y este año se han animado a hacer una marcha txiki especial para niños y familias de 7 kilómetros de distancia. Así que tenemos para todos los gustos.

Yo en mi caso como me va la marcha, nunca mejor dicho, tiraré a la distancia larga, así que además del madrugón ya que la misma sale a las 7:00 de la mañana, habrá que preparar bien las piernas y la cabeza para disfrutar y sufrir al mismo tiempo.

Saldremos del centro de Maeztu e iremos a buscar en primer lugar el control situado en el punto kilométrico 6,6 en el Arburu con una subida cercana a los 500 metros positivos. Antes de llegar a él pasaremos por Peña Las Cinco, justo encima de la localidad de Atauri.

El trayecto de esta peña al primer control transcurre por un espectacular cortado. Toca ahora un tramo más sencillo, pasando por Peña Rabita para llegar al primer avituallamiento en el kilómetro diez y medio, en el Molino de Oteo. Para todos los avituallamientos será obligatorio el uso de mascarilla, así como de gel hidroalcohólico. Además, no podremos tocar nada del mismo y la manera de proceder será pidiendo a los voluntarios tanto comida como bebida siendo ellos los únicos en poder manipularla.

Ya refrescados y alimentados iremos en busca de la segunda ascensión de la mañana. Ahora le toca el turno al San Cristóbal. Esta subida será más corta, pero en proporción más dura ya que salvaremos rampas del 12 o 13% de desnivel. Una vez coronado, kilómetro 13 aproximadamente, y tomado paso en el segundo control situado en la cima marcharemos primero camino de la población de Oteo y posteriormente de Orbiso, al norte de Santa Cruz de Campezo, por un terreno sube baja, rompe piernas. Ya tenemos casi la mitad de la marcha puesto que Orbiso está en el kilómetro 22.

Llegamos un poco más adelante al segundo avituallamiento. Toca hidratar bien y sobre todo cargar provisiones porque estamos justo delante del tramo más exigente de la marcha. La ascensión a Perriain y después pasando por San Vicente de Arana, la subida a Bitigarra, el techo de la prueba.

Se trata de dos tramos bien diferenciados entre sí donde salvaremos más de 1000 metros de desnivel positivo. La primera de ellas, la que sube al control de Perriain, es sencilla en cuanto al piso, ya que mucha de ella discurre por pista o sendero muy bien marcado donde las pisadas serán más o menos sencillas. No tan sencilla en lo que se refiere a la distancia y el desnivel. Aproximadamente 6 kilómetros con 500 metros positivos apenas sin descanso.

Una vez realizado el descenso a San Vicente de Arana, bastante rápido encaramos la segunda de las subidas. En la ascensión a Bitigarra, más corta pero bastante más dura que la anterior teniendo en cuenta que nos encontramos en el kilómetro 34 de la marcha, tenemos un poco de todo. Un primer tramo de carretera, un sendero estrecho hasta llegar a Santa Teodosia y un último tramo precioso por medio de un bosque hasta llegar a la cima y control en Bitigarra.

Ya tan solo nos queda bajar hasta Sabando. Por cierto, es una bajada bastante larga e incómoda teniendo en cuenta las alturas a las que nos encontramos en cuanto a kilometraje. Es el 41 ya. Tampoco el terreno ayuda al principio para según nos acercamos al pueblo ir ganando el camino en amplitud y sencillez. Aquí tenemos un nuevo avituallamiento. Ya parece que tenemos a nuestro alcance el llegar a la meta de Maeztu.

Pero antes de eso tendremos que hacer frente a una sorpresa proporcionada por la organización ya que a la salida de Sabando, antes de coger la Vía Verde que nos lleve a Maeztu, nos encontramos con una pared. Así podemos denominar a la rampa de kilómetro y medio, pero con una ganancia de altura de casi 200 metros. Una vez superada y ya en dirección a Cicujano, estamos ante los últimos momentos de la marcha. De ahí a Maeztu y al merecido descanso después de una extraordinaria mañana en el monte, tan solo nos separan cuatro kilómetros muy cómodos por la ya citada vía verde.

Ya en Maeztu tendremos la suerte de recibir un pequeño obsequio así como de un avituallamiento individualizado, para poder cumplir bien con las medidas anti-Covid. Resaltar la obligatoriedad de uso de mascarilla una vez terminada la marcha.

Ya cuento con ganas los minutos para poder volver a tomar parte de estas marchas, tan añoradas por los amantes de la montaña, donde, y va a ser mi caso, descubrimos muchas veces zonas no muy transitadas habitualmente, así como sorprendernos por parajes impresionantes.

Sin duda se trata de una bonita prueba en un enclave fantástico. Nos vemos, por tanto, este domingo en Maeztu ¿Corréis conmigo?

Domingo, 26 de septiembre

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