AMURRIO Maturana; Danel, Hidalgo, Aymane Jelbat, Sannadi, Fer Castellano, Iker Montes (Íñigo Jiménez, 87´), Gorka Olazabal (De Yrazu, 56´), Lucas Silva (Montaño, 76´), Moha Zannouti (Borja López, 56´) y Arruabarrena (Bergara, 87´)

VITORIA Unai Ayala; Álvaro Roncal, Toni Peris, Paul Álvarez (Del Valle, 72´), Artetxe, Mathi, Jonlo (Trincado, 44´), Alday, Unai Arietaleanizbeas (Íñigo Martín, 56´), Eñaut Mendia (Pablo Santiago, 56´) y Aitor Uzkudun (Collado, 44´)

Árbitro Jonay Ríos. Tarjetas amarillas a Zannouti, Silva, Sannadi; y Segnhor.

Campo Basarte.

- El Amurrio Club y el CD Vitoria tenían muy claro que no se podía empezar el campeonato liguero con una derrota y sin importarle hasta cierta medida ´decepcionar´ a los aficionados plantearon un partido muy cerrado marcado por la contención. Un duelo táctico y muy físico donde nadie arriesgó lo más mínimo durante los noventa minutos de juego, pues apenas si se puede contabilizar alguna ocasión de verdadero peligro de gol, que terminaría con el lógico resultado de empate sin goles, castigo o premio a la prudencia, según se valore el punto.

En la salida y durante los primeros compases del enfrentamiento el Amurrio intentó tener mayor posesión y jugar en campo contrario lo más lejos de su área, pero lo cierto es que apenas si lo consiguió pues para lograrlo le hacía falta tener una circulación de pelota que no tuvo.

El choque avanzó monótono y aburrido de ver, sin aproximaciones a las porterías y reduciéndolo todo a una batalla en el centro del campo tan aguerrida como poco práctica, pues el cuero no le duraba casi nada a ninguno y de esa manera parecía imposible alcanzar el premio de un gol que no llegaría en el primer periodo.

En la segunda mitad tras el paso por los vestuarios el panorama no varió lo más mínimo y de nuevo los dos onces se enzarzaron en la pelea por los balones divididos. Tampoco se verían jugadas hilvanadas ni llegadas claras, por lo que la emoción se trasladó a las acciones a pelota parada y de estrategia. Esa sería toda la inquietud vivida en las áreas y de hecho el tramo final fue especialmente espeso, con los dos conjuntos incluso más precavidos que anteriormente.