- Cada vez más cerca de la utópica libertad. Huir de la presión talibán en Afganistán se ha convertido en una prioridad para los civiles. La gran mayoría de las jugadoras del equipo nacional afgano de baloncesto en silla de ruedas consiguieron llegar ayer al aeropuerto internacional de Kabul. Después de sortear los controles de las fuerzas irregulares que los talibanes han situado durante los últimos días en las salidas de la capital, se encuentran a la espera de poder salir del país. Pero su viaje aún no ha terminado. Y no será fácil. Su vía de escape solo podrá ser alguno de los vuelos humanitarios que han organizado algunos países de la Unión Europea para paliar el drama de la población civil afgana.

Nueve jugadoras de la selección afgana de baloncesto en silla de ruedas se suman a Nilofar Bayat en un nuevo intento de huída del régimen talibán que vuelve a reinar en el país. Gracias a la repercusión de la reciente expatriación de la capitana de Afganistán a Bilbao, sus compatriotas intentarán seguir sus pasos. Desde Bidaideak, que acogen a Nilofar y su marido Ramish en Bilbao desde el domingo, una vez más respaldan a las afganas. El club ya participó activamente en el rescate de Nilofar, que se encuentra a la espera de formalizar su situación en la capital vizcaina, y quiso esta vez hacer un llamamiento en favor del futuro de las internacionales: "Conseguir que la presión de la opinión pública internacional impida que los contingentes talibanes saquen de las zonas internacionales seguras del aeropuerto a estas mujeres con discapacidad, y así se pueda concretar su expatriación".

Toda ayuda es bienvenida. Bidaideak propondrá, según ellos mismos afirman, que la Federación de Deporte Adaptado (FEDDF) declare la liga competición de acogida. De esa forma, se facilitaría la participación de las profesionales refugiadas "sorteando las trabas burocráticas que muchas veces se encuentran a la hora de tramitar las fichas deportivas". Del mismo modo, el club bilbaino confirmó que comprometerá "toda su capacidad de trabajo y organización" para que las afganas, una vez hayan escapado de la presión talibán y hayan reconstruido aunque sea mínimamente sus vidas, puedan "encontrar en nuestro club, así como en otros que conforman la División de Honor de baloncesto en silla de ruedas, el marco adecuado para que puedan seguir practicando su deporte".

Las instituciones gubernamentales están poniendo todo de su parte. Bidaideak confirma, gracias al periodista Antonio Pampliega, quien ya tuvo un papel importante en la huida de Nilofar y su marido Ramish, que el Gobierno español está interesado en la situación de las afganas, a pesar de las dificultades que conlleva un rescate de esta envergadura. "Sabemos que el Gobierno está haciendo ya gestiones para interesarse por la situación de todas ellas, como sabemos también de las grandes dificultades operativas que un rescate de este tipo tiene en el contexto de presión bélica por el que se atraviesa", destaca el club bilbaino. Del mismo modo, Bidaideak confía en que la presión de la Unión Europea "facilite el rescate de quienes solo quieren vivir en un entorno seguro y próspero, lo que, desgraciadamente no se da en su país".