- La bola de nieve creada en torno a la selección española femenino sigue creciendo y después de que Lucas Mondelo rebatiera las acusaciones lanzadas por Marta Xargay, fue Anna Cruz quien las confirmó en una entrevista a El País en la que la jugadora catalana, que decidió renunciar a la selección en enero, eleva la crudeza de las mismas. “Su maltrato psicológico continuado me generó estrés, ansiedad, depresión y me llevó a abandonar la selección y a vivir un proceso muy difícil”, desvela Cruz sobre los métodos del seleccionador, con el que también coincidió en el Dynamo Kursk, aunque antes que Xargay. “Utilizaba lo del peso como estrategia de presión y acoso, no de control médico. Sus aspavientos detrás de la báscula eran de escarnio público. Ha hundido a muchas jugadoras. A mí no me pilló por ahí, pero me fue minando por otras vías”, añade.

Anna Cruz asegura en sus manifestaciones que las jugadoras de la selección eran “un grupo unido, también contra él, porque todas lo sufríamos”. “Pero con el tiempo él consolidó esa necesidad de conflicto que tiene para desarrollar su mando y comenzó a fomentar la competencia insana dentro del equipo”, señala la escolta, que habla de prácticas de “acoso laboral” y de que en la última concentración que vivió con el equipo en noviembre pasado, bastante traumática y polémica al dividir al equipo en dos grupos y exponerlas a un partido televisado, “las faltas de respeto, personales y profesionales que sufrí fueron durísimas. El abuso de poder se convirtió en humillación. Tuve que defenderme hasta de cuestiones de mi vida privada y si no ríes las gracias, pasas a tener la etiqueta de problemática”.

Con todo, Cruz recuerda que “la exigencia del deporte de élite no se puede llevar por delante el resto de valores. No todo vale para ganar y ganar no lo puede justificar todo. Ojalá ninguna compañera tenga que volver a vivir este trato. Nos encanta competir y pasamos por alto cosas intolerables. Las medallas y los títulos no tienen que salir tan caros”.