- Ieltzu Aginako, que tomó posesión de su cargo hace días, analiza lo que puede dar de sí una ilusionante campaña en la que el Zuzenak volverá a codearse con los mejores en la División de Honor.

¿Qué sensaciones tiene después de su anuncio como técnico?

Estoy muy contento con la acogida por parte de allegados, familiares, medios... Con un punto más de responsabilidad que me sirve para coger este proyecto tan ilusionante con más fuerza si cabe. Estoy viviendo sensaciones que hacía tiempo que no vivía. Ha despertado en mí muchos recuerdos que ahora quiero que sean parte de mi presente.

El Zuzenak sigue haciendo historia al mantenerse en la máxima categoría. ¿Qué espera de este año?

Un equipo y un club como el nuestro es difícil encontrarlo en otras modalidades deportivas. Nos encontramos en la máxima categoría, con un 90% de jugadores no profesionales y en su mayoría foráneos. Debemos consolidar el proyecto del primer equipo, creciendo como grupo y afianzando el rendimiento de los jugadores. Aun siendo un equipo joven, debemos competir con veteranos de tú a tú. Pero esta juventud nos hace ser incautos y eso es bueno, creo que nuestras miras deben estar siempre por encima de nuestras posibilidades, así es como se crece y se hacen las grandes cosas en la vida. Para ello, habrá que disfrutar del camino que está lleno de esfuerzo y sacrificios.

Parece que el público podrá volver. El Zuzenak claro beneficiario, ¿no?

Al Zuzenak en particular y al BSR en general, creo que a los deportistas les gusta medirse en campos llenos, El Zuzenak hasta ahora lograba tener un gran ambiente, que es de agradecer. Creo que el reencuentro equipo-aficionados va a ser espectacular.

¿Cómo se gestó su fichaje?

A veces es importante estar en el sitio y en el momento adecuado. Me llegó la oferta a través de un amigo que me hizo de primer contacto con el club. Desde esa llamada todo se desencadenó muy rápido. Fue cruzar varias llamadas y dar forma al proyecto. Llevaba varios años sin ejercer como entrenador, me informé y me pareció un buen sitio para volver a dirigir. Ahora pienso que es mejor sitio de lo que me había imaginado.

El Zuzenak es una familia. ¿Cómo se mantiene ese espíritu?

Los clubes como el Zuzenak crean desde muy jóvenes ese sentimiento de pertenencia, que a otros clubes tanto les cuesta, ya que fichan jugadores año tras año. Es un proyecto reconocible por todos los estamentos que crea una unión muy poderosa. El público acude a los partidos y reconoce a los jugadores, conoce de sus victorias y derrotas. Las instituciones públicas conocen el buen hacer de la fundación... Mantener este espíritu es seguir una línea de trabajo y de filosofía que con mucho esfuerzo se ha logrado.

El trabajo de cantera es vital con varios jugadores en la selección y ahora Agurtzane en Tokio.

Los frutos de hoy son el trabajo de muchos años. Los técnicos como Aitor Iturricastillo, Sergio Moreno, Lander Lozano y Christian Martin han hecho una gran captación y aporte técnico. Iñaki Ibarreta y Ana Agiriano son unas institución con sus internacionalidades. Me dejo a muchos otros que también han aportado para que hoy en día el Zuzenak sea lo que es. Pero está claro que sin el esfuerzo y sacrificio de los jugadores, aunque se le pongan los medios, es imposible llegar a competir en esta categoría ni con su selección.

¿Cómo se define como entrenador y como persona?

La persona y el entrenador van de la mano, la misma persona pero con distintas caretas. Una persona muy analítica, me gusta saber que es lo que quiero de mí y de mis jugadores. También me considero un entrenador humilde, he salido de mi área de confort embarcándome en el baloncesto en silla, sabiendo que no poseo todo el conocimiento sobre este deporte y que tendré que ir adquiriéndolo con el paso de los días. No se me caen los anillos al apoyarme en todas estas personas de club que saben más sobre el baloncesto en silla. Me gusta exigir el mismo compromiso y esfuerzo que yo realizo.

¿Qué le han dicho del club?

Me han contado muchas cosas, pero primero preferí formarme una idea de lo que era la entidad. Devoré todo el material de redes sociales, aparte analicé distintos partidos del equipo. El mimo con las cosas que se publicaban y se hacían me dio muy buena señal. Lander Lozano también fue la persona de dentro del club que más claro me aseguró que aquí iba a estar muy bien.

El mensaje que le trasladan es...

Uno no, varios. Nuestra relacíon es muy fluida y muy cercana. El mensaje es crear un grupo de ambiente y de trabajo acorde a la categoría. Desde que comencé en el proyecto me han trasmitido el mensaje que les gustaba lo que estaba haciendo y que podía desempeñar más funciones aparte de ser el primer entrenador del División de Honor. Y ahora hemos creado una estructura de baloncesto más amplia que tendré que gestionar y dirigir con Itsaso Carrillo y Rubén Mártinez, que son las personas que me han dado la oportunidad de estar hoy aquí.

¿Ha hablado ya con los jugadores?

He podido hablar con tod@s y saben que siempre tengo una puerta abierta. Creo que la sinceridad es algo muy importante. En las reuniones supimos hablar de forma relajada de lo que queríamos ambas partes. Al final el objetivo es claro, es disfrutar de este camino lo máximo que se pueda aunque el coste sea grande.

¿Algo para la afición?

Lo primero decirles que sabemos que están muy presentes, aunque no hayamos podido estar juntos. Creo que son una parte fundamental y por nuestro lado intentaremos devolverles todo el cariño que nos dan.