iceMaría Quintanal (Bilbao, 1969) que de su medalla de plata ya no se acuerda nadie excepto ella. Que su segundo puesto en el podio de los Juegos Olímpicos de Atenas le hizo copar todas las portadas. Sí. Pero que su fotografía en los medios de comunicación desapareció más rápido que lo que tarda ella en hacer estallar un plato. Y razón no le falta. Porque el 17 de agosto de 2004, la tiradora bilbaína abrió todos los diarios y periódicos deportivos. Había conseguido la primera medalla de la expedición estatal en la cita griega. Todo un logro. Sin embargo, para el día 18, no hubo ya hueco para su escopeta. Los Juegos siguieron su curso frenético, otros éxitos sucedieron, otros nombres sobresalieron y Quintanal y su plata volvieron a la sombra de los deportes minoritarios. Con todo, la tiradora bilbaína no fue nunca de esas personas que precisan atención para apreciar sus logros. Al fin y al cabo, su palmarés estaba lleno de títulos sin fama ni notoriedad: una medalla de oro y dos platas mundiales, y tres oros y dos platas continentales fueron su bagaje antes de llegar a Atenas. Todo ello conseguido en la penumbra y disfrutado en la soledad.

Sin embargo, durante un efímero momento, Quintanal puso al tiro olímpico en el ideario social. En boca de todos. Enseñó que el tiro al plato no es una diversión de feria, sino un deporte con cabida en los Juegos. Y eso todavía hoy le llena de orgullo. Por un día, aunque solo fuera por un día, se habló de los platos de 11 centímetros de diámetro, de los 100 kilómetros por hora que pueden llegar a alcanzar y de las tres rondas de 25 que hay que clavar para poder pasar a la final. En el centro de tiro de Markopoulo, Quintanal puso al tiro olímpico en el escaparate gracias a una clasificatoria casi impecable. Y es que de los 75 platos que se disparan en la modalidad de foso, la bilbaína atinó a 65. Nada mal para una jornada en la que el viento soplo mucho, fuerte y en la dirección que le daba la gana. De hecho, la de Quintanal fue la segunda mejor marca tan solo por detrás de la australiana Suzie Balogh. Así, Quintanal pasó a la gran final desde la posición de plata, pero se encontraba a un plato del oro, tres sobre el bronce que por el momento era para La estadounidense Whitly Loper y cinco sobre el cuarto puesto, sobre la nada de la que intentaba escapar la coreana Lee Bo-na.

Así que afrontó la pugna por las medallas sabiendo que estaba a la misma distancia del laurel que de la presea de chocolate. Y erró más de la cuenta. De hecho, de los 25 platos que se lanzaron en la ronda definitiva, Quintanal acertó a 19. Falló el primero y, aunque se repuso, después falló cinco más. De esta forma, su balance fue el cuarto de la final. Pero, afortunadamente, su buen hacer en las rondas preliminares le sirvió para asegurarse la medalla de plata. La única presea que le faltaba a su largo historia. Así ganó la tiradora bilbaína la primera medalla estatal de los Juegos de Atenas, hecho que le dio su minuto de popularidad. Minuto que María Quintanal aprovechó para intentar que la gente sacara su deporte, el tiro olímpico, de la feria.

Después de la plata de Atenas, Quintanal desapareció del foso. Estuvo inactiva cuatro años. Harta del presidente de la Federación Española de Tiro (Rfedeto) y del seleccionador estatal. Las desavenencias fueron tantas y de tal calibre que en 2009, cansada y hastiada de tanta pasividad, la bilbaína anunció su retorno a la competición, pero bajo la bandera de la República Dominicana, puesto que obtuvo la doble nacionalidad.

Tampoco tuvo suerte por el Caribe, donde no hizo carrera, y en 2014 decidió regresar a la selección estatal. Recuperó la relación perdida con la Rfedeto justo a tiempo para ganar el bronce en el Mundial de Granada en foso por equipos. Es más, en la actualidad Quintanal continúa en activo y con buen pulso puesto que en la Copa de España disputada el pasado mes de junio consiguió un meritorio segundo puesto tan solo por detrás de Fátima Gálvez, la representante estatal en los Juegos Olímpicos de Tokio.

Quintanal se colgó la medalla de plata en trap o foso olímpico, la modalidad conocida comúnmente como tiro al plato

La bilbaína compitió de forma anecdótica por la República Dominicana pero en 2014 regresó a la Federación española