arece que con el paso de los meses vamos poco a poco recuperando la normalidad. Esto también se ve en las carreras de montaña. Despacio, haciendo bien las cosas, van surgiendo pruebas gracias al esfuerzo e ilusión a partes iguales de clubs de montaña, de atletismo, aficionados, voluntarios... A ellos les toca afrontar estas labores organizativas más difíciles aún si cabe en los tiempos que corren.

Como bien sabéis quienes leéis estas líneas, hace semanas volví a ponerme un dorsal en la Galdames MENDi Bira con la idea de volver a sentir esa sensación de competición casi olvidada por culpa de la pandemia que llevamos sufriendo durante más de un año. Pues bien, este próximo sábado 3 de julio lo volveré a hacer, pero en nuestra provincia. Tendré la suerte de tomar parte en la primera edición de la BASTIDA TRAIL

Haciendo honor a su nombre tiene lugar en un espectacular paraje como es Labastida, un precioso pueblo de Rioja Alavesa a los pies de un coloso como es el Toloño. Unos 350 participantes -los dorsales han volado ya que se han agotado rápidamente- tomarán parte junto a mí en esta espectacular carrera donde, además del Toloño, subiremos a otro monte no menos interesante como es San Cristóbal.

Comenzaremos sobre las 8.30 de la mañana en la salida dispuesta en la plaza junto a la iglesia de la Ascensión. Según últimas informaciones por parte de la organización, partiremos todos provistos de mascarillas, las cuales una vez ya fuera del pueblo podremos desechar. Tras ese primer tramo de dura cuesta hasta llegar a las inmediaciones de la iglesia del Santo Cristo, podremos soltar las piernas y disfrutar de un ritmo constante durante un buen rato. Casi cinco kilómetros durante los cuales tendremos muchos terrenos diferentes por los que transitar. Pista de arena, asfalto, sendero, terrenos de viñedos y todo ello sin prácticamente sufrir nada de desnivel.

Todo este primer tramo es cómodo con cuestas muy tendidas, llanos e incluso alguna bajada. Todo ello nos servirá, por lo menos a la parte modesta del pelotón, para ir cogiendo nuestra posición y nuestro ritmo. Los Larrucea, Ariznabarreta y Álvaro Ramos en chicos y Beatriz Delgado, Leire Martinez, y Nerea Amelibia en chicas apretarán de lo lindo para ir encabezando la prueba.

Justo cuando parece que la pista empieza a entrar en una zona más arbolada, cogeremos un sendero a izquierda que primero en ligera bajada y posteriormente en llano nos deja a los pies de la primera de las subidas de la carrera. Se trata de un duro cortafuegos el cual nos va a llevar al cresterío del San Cristóbal.

Habrá que tomárselo con calma ya que en un kilómetro subiremos más de 200 metros de desnivel. De esa forma, con rampas de un 20% de desnivel llegaremos al citado cresterío por un terreno roto en algunos tramos y donde en más de un trozo tendremos que ayudarnos con las manos para subir algo mejor. Una vez arriba y con el buzón justo a nuestra derecha, la carrera no nos lleva el directamente, sino que nos hace llanear pegados a un cortado donde hay que levantar la cabeza para observar las fantásticas vistas de la comarca de Rioja Alavesa con las montañas de Valdezcaray al fondo. Tras una bajada y posterior subida, llegaremos, ahora sí, al buzón.

Toca bajar, con cuidado al principio, por un incómodo cortafuegos para terminar por cómoda pista hasta llegar al primer avituallamiento. Una vez hidratados y tras pasar por las ruinas de Tabuerniga, llega el momento de la segunda subida. Es la más larga de toda la prueba con sus dos kilómetros de longitud y, aunque es más fácil que la anterior, no hay que menospreciarla ya que también salvaremos un desnivel de 200 metros positivos. Eso sí, el terreno, salvo que la lluvia aparezca y embarre la pista, será bueno para subir rápido, aunque no sea corriendo ya que se trata de una pista ancha.

Terminada esta subida disfrutaremos de un tramo amable para, además de reponer fuerzas tras la ascensión, acelerar el paso. Por esta pista con pocos tramos de sombra accederemos a las puertas del majestuoso Toloño. Antes de ello pararemos, algunos más otros menos, en el segundo avituallamiento.

Toca afrontar la última subida. Arranca suave por una abierta campa con un agradecido piso de hierba para, una vez llegado a la valla que la delimita, ponerse cada vez más abrupta la pendiente con tramos duros, sobre todo los últimos metros antes de acceder de nuevo a una pista. Habrá que guardar fuerzas para ascenderla ya que, al estar desprovista de árboles, el calor y el sol serán otros elementos a tener en cuenta, los cuales pueden endurecer más si aún cabe esta ascensión.

Terminada la última subida llegamos al collado con Peña las Doce a la derecha y el Toloño a la Izquierda. Queda bajar. Una bajada dividida también en tramos, una primera parte estrecha y ligeramente técnica que da paso a un trozo muy empinado, aunque favorable por tratarse de pista ancha. Cuando creemos que ya lo tenemos hecho llega una sorpresa. Por delante un sendero estrecho de bajada técnica donde nuestras ya maltrechas piernas pueden acusar el cansancio acumulado. Terminado este tramo, ahora si previo paso por San Ginés, donde volveremos a poder coger agua, enfilamos la llegada a Labastida.

Cuidado también con estos últimos kilómetros ya que tienen varias cuestas, sobre todo una final, que también nos pondrán a prueba. Ya desde la atalaya final encaramos la rápida bajada que nos llevará, tras un pequeño paso por las calles del pueblo, directos a la línea de meta. Una bonita prueba en un enclave fantástico. Después hay que aprovechar para disfrutar de este precioso pueblo ya más gastronómicamente hablando. Nos vemos, por tanto, este sábado en Labastida ¿Corréis Conmigo?

Viernes 2 de julio

Sábado 3 de julio

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