- El pelotón del Tour de Francia reclama más seguridad. Los ciclistas se detuvieron durante más de un minuto tras la salida de la etapa de ayer a modo de protesta por los accidente de las jornadas previas. Dirigidos por Julian Alaphilippe y André Greipel, se detuvieron pocos segundos después de lanzar la salida de la cuarta etapa, que recorrió 150 kilómetros entre Redon y Fougères.

Los corredores comenzaron a rodar a un ritmo muy bajo, hasta detenerse metros después del inicio. Manifestaron así su descontento con algunas decisiones, tanto de la organización del Tour como de la Unión Ciclista Internacional. Durante los primeros diez kilómetros tras el parón, se mantuvieron a una velocidad muy reducida, en grupo y sin ataques.

La organización del Tour reconoció haber recibido propuestas y quejas por parte de corredores y equipos. “Los ciclistas ruedan a baja velocidad para reivindicar que se establezca un diálogo sobre la seguridad entre todos los actores del ciclismo”, admitió.

Por su parte, la Asociación de Ciclistas Profesionales comunicó el descontento de sus representados: “Su frustración por las acciones previsibles y evitables es enorme”. Con el fin de reducir riesgos, los ciclistas propusieron congelar los tiempos para la clasificación general a falta de cinco kilómetros de la meta en las etapas llanas. De ese modo, los pretendientes a la general podrían reducir su velocidad dejando paso a los esprinters para disputar la victoria de la etapa. Pero los comisarios desestimaron la propuesta.

Las caídas están a la orden del día en el arranque de este Tour. Hasta la fecha, se han contabilizado un total de seis abandonos, entre los que destacan Robert Gesink y Caleb Ewan. Aspirantes a conquistar la ronda gala como Primoz Roglic y Geraint Thomas también se han ido al suelo, aunque en sus casos han podido seguir compitiendo.