- Se había acostumbrado Francia a ver a su selección llegar muy lejos en los últimos grandes eventos del universo futbolístico -finalista continental en 2016 y campeona del mundo en 2018-, por lo que el inesperado batacazo del jueves ante Suiza en los octavos de final de una Eurocopa en la que recibió con gusto el papel de favorita para la gloria ha supuesto un enorme mazazo que deja señalado a su seleccionador, Didier Deschamps, y su propuesta táctica y al jugador llamado a ocupar el cetro del estrellato planetario, Kylian Mbappé, que abandonó el torneo sin marcar un solo gol y fallando el penalti que certificó la eliminación de los bleus. “Los campeones del mundo se han aburguesado”, titulaba el diario Le Parisien, que calificaba el prematuro adiós a la Eurocopa como “una bofetada” y ponía en tela de juicio la apuesta de Deschamps por el trío de centrales formado por Clement Lenglet, Raphael Varane y Presnel Kimpembe. Parecidos argumentos esgrimió L’Equipe bajo el titular “Aniquilados”, metiendo el dedo en la llaga al analizar el “naufragio táctico” del seleccionador en el primer tiempo y responsabilizando sobre todo al defensa del Barcelona, que “no estaba listo para esta batalla”.

El presidente de la Federación Francesa de Fútbol, Noël Le Graët, reconoció sentirse “evidentemente decepcionado”, pero negó que el puesto de Deschamps, del que siempre se ha declarado defensor y que tiene contrato hasta finales de 2022, corra peligro. “No, creo que no. No hay que confundir las cosas, pero necesitamos hablar”, apuntó, reconociendo que “le tengo mucho cariño (a Deschamps) y conozco las vicisitudes del fútbol”. Y es que el combinado galo no ha sido capaz de plasmar sobre el césped la teórica autoridad que le otorgaba su acumulación de grandes nombres, sobre todo del centro del campo hacia adelante. Arrancó derrotando a Alemania con un gol en propia puerta de Mats Hummels y posteriormente empató contra Hungría y Portugal, dos encuentros que ya dejaron a la vista dos de sus principales defectos: sus problemas a la hora de generar juego y su fragilidad atrás. Encajar seis goles en cuatro citas no son guarismos propios de un equipo con galones.

En el lado positivo figura el regreso de Karim Benzema a su selección tras cinco años y siete meses de ausencia. El punta del Real Madrid ha sido el gran referente de Francia con cuatro goles -dos dobletes-, pero su capacidad ante la meta contraria no ha podido tapar todas las vías de agua.