tra vez la salida ha sido bestial. Me ha dado por mirar al cuentakilómetros e íbamos a 55 kms/h. Era exagerado. Una locura. Hemos volado hasta que se ha hecho la escapada. A comparación del primer día de carrera, hemos ido algo más cómodos, aunque siempre con velocidad. Las carreteras de estas zonas impiden que te relajes. Se sube y se baja constantemente, atravesamos muchos pueblos, isletas y no invitan a ir relajado. En la parte final ha crecido la tensión, pero algo menos que en la primera etapa. Se notaba que mucha gente estaba dolida y con tiempo perdido y eso ha hecho que la tensión bajase un poco. El pelotón iba un pelín más tranquilo. La primera entrada al muro se ha hecho rapidísima. La arrancada de Van der Poel ha sido una bestialidad. Iba bien colocado, pero viendo el ritmo que ha marcado el UAE no tenía sentido salir. Ibas a durar 300 metros delante. En la segunda pasada he preferido trabajar para Alex y abrirme tranquilamente. Era un final demasiado explosivo para mí. Mejor reservar fuerzas para otra ocasión. La gente aún está muy entera y todo lo que se gasta luego lo necesitas. En cuanto a la resolución de la etapa, exhibición de Mathieu Van der Poel. El neerlandés tiene una arrancada espectacular y cuando está así es imposible seguirle. Ha dado un recital y es el nuevo líder del Tour, en el que Pogacar y Roglic ya están marcando territorio desde el principio.