- La UEFA ha solicitado estos días que alrededor de 2.500 personas, entre los que se encuentran miembros de la propia UEFA y la FIFA, políticos, funcionarios y patrocinadores, entre otros, puedan saltarse la cuarentena obligatoria para acceder al Reino Unido, que es de diez días, para presenciar los partidos de las fases eliminatorias, así como la final de la Eurocopa, que se celebrarán el estadio de Wembley. El reclamo era una amenaza, puesto que la UEFA, en caso de que el gobierno local no autorizase el acceso, contemplaba trasladar la sede de las semifinales y la final que alberga Wembley a Budapest, al Puskas Arena, el único campo en el que se ha permitido un aforo del 100%. Así lo ha revelado la cabecera The Times, que también informó de que tanto la UEFA como ministros del Reino Unido han mantenido conversaciones para tratar de alcanzar un acuerdo que parece haber satisfecho los intereses de la UEFA, que quería mantener a Wembley como sede, pero bajo sus requisitos.

En el seno del gobierno británico ha habido discrepancias, puesto que varios representantes políticos consideran que la decisión es impopular. Hasta la fecha, ya se habían realizado excepciones con los jugadores y trabajadores del entorno de las selecciones que están disputando sus encuentros en el Reino Unido, además de periodistas u otros trabajadores. Elevar las excepciones para este grupo de personas VIP de diferentes nacionalidades es considerado por un sector como un incremento del riesgo de contagios por coronavirus. Si bien, la UEFA se ha salido con la suya.

Además, la UEFA también se ha mostrado encantada de que Wembley amplíe al 50% su aforo a partir de los octavos de final, a pesar de que el pasado lunes el gobierno británico anunció que retrasará cuatro semanas la eliminación de las restricciones por la pandemia. El gobierno de Boris Johnson justificó la ampliación del aforo diciendo que el torneo se empleará como una prueba experimental. "Exenciones sensatas", dijo, sobre el caso de los VIPs.

Esta tensión entre la UEFA y el Reino Unido tiene un antecedente. Las fuertes medidas de acceso al país británico, y el rechazo a ceder a las pretensiones del organismo europeo, ya implicaron que la final de la Champions League, que fue disputada por dos equipos ingleses, no se celebrara en Wembley. En su lugar, se trasladó a Oporto, una vez que Estambul, que era la sede originariamente designada, quedara descartada.

Las exigencias de la UEFA de la garantía del acceso a un determinado número de público en los estadios fue la causa por la que Bilbao quedó cancelada en su día como una de las sedes de la Eurocopa, siendo Sevilla la ciudad que suplió a la capital vizcaina. Ahora el objeto de presiones ha sido el Reino Unido, que finalmente ha terminado cediendo a las premisas de la UEFA.