ESCOCIA: Marshall; Hendry (Min. 67, McGregor), Cooper, Hanley; O’Donell (Min. 79, James Forrest), Armstrong (Min. 67, Fraser), McGinn, McTominay, Robertson; Dykes (Min. 79, Nisbet) y Christie (Min. 46, Adams).

REPÚBLICA CHECA: Vaclik; Coufal, Kalas, Celustka, Jan Boril; Kral (Min. 67, Holes), Soucek; Jakub Jankto (Min. 72, Hlozek), Darida (Min. 87, Sevcik), Masopust (Min. 72, Vydra); y Schick (Min. 87, Krmencik).

Goles: 0-1: Min. 42; Schick. 0-2: Min. 51: Patrik Schick.

Árbitro: Daniel Siebert (Alemania). Sin amonestaciones

Incidencias: Encuentro de la primera jornada del grupo D de la Eurocopa disputado en el estadio Hampden Park, de Glasgow ante 9.844 espectadores

- Puede que Escocia mereciese algo más. Nada se les puede reprochar a los integrantes de la Tartan Army, en su regreso al torneo continental 25 años después. Empujaron con sus armas para doblegar a la República Checa, pero se encontraron con Patrik Schick. El delantero del Bayer Leverkusen, con dos auténticos golazos, se bastó para decantar el partido. Ayudado también por la buena actuación en la portería de Vaclik.

Escocia, como era de esperar, no dejó grandes detalles futbolísticos. Lo suyo fue más pundonor que otra cosa. Pero desde las gradas de Hampden Park, el público local celebró cada acercamiento al área rival como medio gol. Es lo que tiene haber mamado desde la infancia el deporte rey al puro estilo del rugby. Pero el empuje de los anfitriones se quedó en mera gaseosa con el paso de los minutos. Los checos, una vez pasados los nervios del debut, adelantaron líneas y aquí apareció la figura de Schick.

El fichaje más caro en la historia de la Roma, que pagó 42 millones de euros por hacerse con sus servicios en 2017 antes de comenzar una serie de cesiones, parece haber encontrado la regularidad en la Bundesliga. Y lo demostró en Glasgow. Fue el primero en rozar el gol. Schick probó a Marshall tras un fallo en defensa de los escoceses, pero el portero respondió con nota. No tardaron en responder los anfitriones. Dykes, en una rápida contra lanzada por Andrew Robertson, obligó a emplearse a fondo al exportero del Sevilla, que volvió a lucirse, en esta ocasión tras un disparo del lateral zurdo del Liverpool. El capitán de Escocia demostró por qué juega a las órdenes de Jurgen Klopp, sirviendo buenos pases en profundidad y centros para sus compañeros. La pena es que los que le rodean no tienen su calidad.

Con un toma y daca constante, antes de llegar al descanso Schick dio su primer zarpazo. En una segunda jugada, Coufal sacó un buen centro desde la banda derecha y el delantero checo, en el punto de penalti, se elevó para conectar un testarazo impecable. Tras el paso por los vestuarios, Hendry la mandó al larguero y poco después, en un rechace de la defensa checa, Vaclik evitó a mano cambiada un autogol.

Parecía que el empate estaba cerca, pero Schick, la gran estrella del partido, se inventó el mejor gol de lo que llevamos de Eurocopa. El delantero del Leverkusen recogió un balón en el centro del campo, levantó la cabeza y, tras ver adelantado a Marshall, no se lo pensó dos veces. Golpeó el balón con su pierna izquierda de manera impecable, dejando al portero escocés en evidencia.

Lejos de bajar los brazos, los pupilos de Steve Clarke apretaron en busca del empate. Pero se encontraron con Vaclik, espectacular durante todo el partido. Un importante triunfo de la República Checa, que lidera el grupo D, empatada a puntos con Inglaterra.