l fútbol no es la principal noticia de la Copa América que arranca mañana. El estado de los equipos y los pronósticos deportivos han quedado aparcados en una edición que arranca este domingo bajo la sombra del covid y la alta incidencia que sufre su país organizador, Brasil, con 17 millones de casos notificados y casi medio millón de muertos y la amenaza de sufrir una nueva ola muy presente. Las quejas desde diversos sectores de la sociedad han sido una constante desde que se decidió dar luz verde a la disputa de la competición continental y su celebración estuvo en el aire hasta este mismo jueves cuando la Corte Suprema de Brasil votó en contra de los tres recursos que intentaban impedir el torneo de fútbol suramericano debido al escenario que vive el país anfitrión.

Al igual que ocurrió con la Eurocopa, la Copa América se pospuso un año debido a la crisis sanitaria mundial. La competición iba a disputarse en Argentina y Colombia, per la inestabilidad política del país colombiano, con numerosos altercados en las calles tras la reforma tributaria presentada por el presidente Iván Duque hicieron que la Conmebol retirara esta sede. Asimismo, no se especificó los motivos por los que Argentina dejaba de ser una de las organizadoras pero el país estaba viviendo un claro incremento de contagiados por covid. Así, el estamento suramericano decidió llevar la Copa América a Brasil y las protestas comenzaron.

Los propios jugadores de la selección brasileña mostraron su disconformidad por la celebración de la Copa América y la preocupación. “Estamos en contra de la celebración de la Copa América, pero nunca diremos no a la selección de Brasil”, relataron en un comunicado miembros del cuerpo técnico y jugadores de la plantilla canarinha. La sombra del boicot incluso llegó a planear, pero al final todo se quedó en esas tímidas protestas y el torneo arrancará mañana con sus principales estrellas.

Colombia contra Ecuador y Brasil contra Venezuela serán los partidos que inaugurarán una Copa América diferente a las anteriores. No habrá selecciones invitadas, una de las curiosidades habituales de esta competición, y a diferencia de lo que ocurre en la Eurocopa, los partidos serán a puerta cerrada. También la Conmebol ha preparado un estricto protocolo sanitario y ha recibido una donación de 50.000 vacunas de la farmacéutica Sinovar para los empleados, cuerpos técnicos y personal, aunque la vacunación de los jugadores no es obligatoria.

En lo deportivo la selección anfitriona parte como la principal favorita. Su elenco de estrellas con nombres como Neymar, Gabriel Jesus, Casemiro, entre otros, crece con el paso de los partidos y en sus últimos enfrentamientos han mostrado estar en un estado de forma tremendo. Los brasileños ganaron los seis partidos de las clasificatorias para el Mundial con 16 goles a favor y solo dos en contra. Toda una máquina de hacer fútbol que quiere triunfar en su casa.

Su principal rival será Argentina. Esta Copa América se presenta como una de las últimas oportunidades de Lionel Messi, que no termina de conseguir la gloria con la albiceleste. El jugador del Barcelona ha jugado tres finales de la competición y ha caído en las tres. Volverá a ser el líder en el campo y estará acompañado por una plantilla que mezcla experiencia con juventud en una clara muestra de estar viviendo un relevo generacional.

Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay acompañarán a la albiceleste en el grupo A. Mientras en el B estarán Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela. Dos claros favoritos en una competición que acostumbra a presenciar sorpresas y que se presenta marcada por la incertidumbre, sobre todo, fuera del terreno de juego.

Pese a las dudas entre los jugadores por su participación, Brasil es el principal favorito para alzarse con la Copa América

La Conmebol recibió 50.000 vacunas a modo de incentivo para el personal organizativo, los cuerpos técnicos y los jugadores