- Hay una idea casi generalizada que sitúa a la selección francesa como la máxima favorita para ganar la Eurocopa. En su defecto siempre se pondera a los alemanes y causa admiración la colección de talentos que presenta Portugal, el campeón en ejercicio, o la generación de oro de Bélgica. Y sin embargo las casas de apuestas otorgan a Inglaterra esa condición, de tal forma que su victoria se paga 4/1, por delante de Francia (5/1), Bélgica (13/2) y España (7/1). ¿Por qué será?

Parece exagerado, pero el dinero no entiende de filias o fobias. Para empezar, Inglaterra juega en Wembley, y en casa fue cuando ganó el único torneo de relumbrón que adorna sus vitrinas, el Mundial de 1966. Eurocopa no tiene ninguna, pero la vez que se organizó en su territorio, en 1996, llegó a semifinales, que es lo más lejos que ha conseguido en esta competición, junto a la de Italia 1968.

Cabeza del Grupo D, jugará su primer partido el domingo 13 ante Croacia, el segundo el viernes 18 ante Escocia, y el tercero el martes 22 ante la República Checa. Todos ellos, en Wembley, estadio que también acogerá a Inglaterra en los octavos de final, si queda primero de su grupo, y también en las semifinales y la final, en caso de avanzar firme por el camino hacia la gloria. Y habrá público (a su favor), al menos un 25% de aforo en la fase de grupos y en octavos y aún no se ha decidido hasta dónde llegará la asistencia en los partidos finales.

Inglaterra, además, alcanzó las semifinales en el pasado Mundial de Rusia, donde cayó por 2-1 frente a Croacia, precisamente su primer rival en esta fase de grupos.

Pero Inglaterra, y eso es lo más importante, tiene materia prima para argumentar el papel de máximo favorito que le adjudican las casas de apuestas, sobre todo las británicas. Hay una mezcla de veteranía y juventud con mucho talento que ha provocado una euforia evidente en un país que necesita un éxito futbolístico frente a la Europa continental para reforzar el orgullo de ser inglés una vez consolidada la aventura del Brexit.

Sobre una columna vertebral configurada por jugadores de experiencia y contrastados, con Jordan Pickford en la portería, el gigante Harry Maguire comandando la defensa, Jordan Henderson en el centro del campo y Harry Kane como seguro de gol, hay un grupo de jóvenes que llegan a esta Eurocopa triunfantes, curtidos y sin complejos. Se trata de Phil Foden, con 21 años recién cumplidos y que acaba de ser valorado por el Observatorio de Fútbol CIES como el jugador con el traspaso más costoso del mundo, 190.2 millones euros, por encima incluso que Mbappé. Junto al delantero del City, Mason Mount ha ganado la Copa de Europa con el Chelsea, Jadon Sancho y Jude Bellingham triunfan en la Bundesliga y Declan Rice ha sorprendido en el West Ham.

Es precisamente en la delantera donde la selección inglesa ofrece muchas alternativas, y todas buenas. La versatilidad de Foden, la verticalidad de Jadon Sancho o las aportaciones de dos futbolistas con gran capacidad de desborde, como son Marcus Rashford y Raheem Sterling. Sin embargo la referencia la sigue ofreciendo Harry Kane, en plena madurez a sus 27 años y que, tras diez temporadas consecutivas militando en el Tottenham, el pasado mes comunicó al club londinense su deseo de ser traspasado, a pesar de tener todavía tres años más de contrato. No en vano el Tottenham no deja de ser un equipo de clase media alta, pero fuera de la aristocracia futbolística, que es a lo que aspira Kane para realizarse plenamente como jugador. De momento, los 23 goles marcados en el pasado curso le consolidan como máximo anotador de la Premier por tercera vez.

A la espera de acontecimientos, el delantero londinense también acaricia el sueño de liderar el resurgir de Inglaterra en el concierto internacional, después de decenios de amagar con lograr el éxito y quedarse en el camino. Esta vez Gareth Southgate, al entrenador de los tres leones tiene material, y del bueno, para conseguirlo.

G. Southgate

Tras una notable carrera como defensa en equipos de clase media como Crystal Palace, Aston Villa y Middlesbrough, pero internacional durante nueve años, el seleccionador inglés inició su carrera de entrenador nada más retirarse en 2006 y en el mismo equipo, el Middlesbrough, hasta 2009. No volvió a entrenar hasta que en 2013 la Federación inglesa le llamara para hacerse cargo del equipo sub 21, donde realizó un buen trabajo. Eso le valió para dar el salto a la absoluta, logrando la clasificación de Inglaterra para el Mundial de Rusia 2018, donde se convirtió en una de las revelaciones.

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