Rafa Nadal y Novak Djokovic siguen encaminándose hacia la semifinal esperada en Roland Garros. Ayer vencieron a sendos jóvenes rivales italianos, pero lo hicieron con un desarrollo del juego y denominador común de su magnífica gestión de los momentos más delicados. El balear se impuso a Jannick Sinner, de 19 años, por 7-5, 6-3 y 6-0 en un partido jugado a rachas hasta el segundo set y en el que Nadal puso un listón infranqueable en los juegos decisivos. Tras empezar con 2-0, su intensidad bajó y Sinner, a palo limpio, le hizo cuatro juegos seguidos e, incluso, llegó a sacar para llevarse el parcial.

Pero la respuesta del de Manacor fue soberbia, pese a que tuvo problemas con el servicio y firmó siete dobles faltas. Enlazó ocho juegos seguidos y encarriló el choque, aunque el italiano aún tuvo otro amago de reacción al sumar tres juegos seguidos, dos de ellos al resto. Sin embargo, Nadal había puesto el acelerador y acabó el partido con una superioridad que desbordó al tenista trentino, que sigue aprendiendo que para derrotar a los mejores de la historia no le vale con jugar muy bien un rato.

El jugador balear acumula ya 35 sets seguidos ganados en Roland Garros y ahora se enfrentará en cuartos de final, donde ha estado en quince ocasiones, al Peque Diego Schwartzman, que derrotó en tres sets a Jan-Lennard Struff. El argentino siempre da un nivel alto en tierra batida y ya el año pasado complicó las cosas a Nadal. "En estas rondas ya no te puedes esperar un rival sencillo", recordó el campeón, que admitió que tras ese 2-0 inicial "jugué demasiado a la defensiva".

En el partido anterior, Djokovic había remontado dos sets por quinta vez en su carrera en los Grand Slams ante Lorenzo Musetti, otro chaval de 19 años, que se llevó los dos primeros sets en el tie-break tras más de dos horas de juego ante un despreocupado Nole. Pero lo que vale para Sinner vale para el jugador de Carrara, que se fundió y acalambró tras el esfuerzo inicial y acabó cediendo 16 de los 17 juegos siguientes: 6-1, 6-0 y 4-0, ante el número 1 del mundo, que se puso a la tarea y encontró las debilidades del advenedizo italiano. "Estaba más nervioso al principio que con dos sets en contra", dijo Djokovic, cuyo siguiente rival será otro transalpino, Matteo Berrettini, más curtido y que está en cuartos de final tras la retirada de Roger Federer.

En el torneo femenino, todo sigue impredecible en la criba de favoritas. Solo queda en liza una de las dieciséis primeras cabezas de serie, Iga Swiatek, que está defendiendo su título en medio de la locura instalada de nuevo en el tenis de mujeres. La finalista del año pasado, Sofia Kenin, cedió en dos sets ante Maria Sakkari, que será la rival de la última campeona. El otro duelo en la parta alta del cuadro medirá a Barbora Krejcikova, que pasó por encima de Sloane Stephens, ante Coco Gauff, que a sus 17 años pisa por primera vez los cuartos de final de un Grand Slam, un logro que acompaña a la mayoría de las ocho mejores de este Roland Garros.

Entre las juniors, Ane Mintegi superó la primera ronda tras remontar a la francesa Flavie Brugnone en dos horas de juego: 3-6, 6-3 y 6-4. La guipuzcoana, de la misma edad que Gauff, está en su último año junior y quiere despedirse con una buena actuación en Roland Garros. En segunda ronda se medirá a la húngara Natalia Szabanin.