Un país pequeño y una generación de futbolistas excelentes, probablemente la mejor de todos los tiempos, tal vez superior a la que alcanzó la final en 1980, que perdió en la final ante la República Federal de Alemania. Bélgica ya entraba entre los favoritos en la Eurocopa de 2016, pero no pasó de cuartos de final, sorprendentemente eliminada por Gales.

Sin embargo la denominada generación de oro ha madurado para afrontar esta edición, pese a la baja forma de uno de sus referentes, el madridista Eden Hazard, pero mantiene al catalán Roberto Bob Martínez en el banquillo, lo cual da continuidad y solvencia al proyecto.

De su mano, los diablos rojos dieron otro paso hacia la excelencia en el Mundial Rusia 2018, donde terminaron en la tercera posición. Eliminaron en cuartos de final a Brasil y en semifinales perdieron por la mínima (1-0) ante Francia, la campeona del torneo. Y en la final de consolación derrotaron a Inglaterra.

En la actualidad Bélgica ocupa el número uno del ranking FIFA, pero esa consideración la tiene que refrendar sobre el terreno de juego. Desde el portero Thibaut Courtois, un baluarte en el Real Madrid, hasta el delantero centro, Romelu Lukaku, que acude a la cita con el aval de los 40 goles que permitieron al Inter ganar la Serie A italiana, Bélgica posee un equipo muy competitivo. Sin embargo en las vísperas de la cita europea surgen una serie de interrogantes que ponen en solfa el rol de gran favorito, junto a Francia, Portugal e Inglaterra para ganar el torneo.

La primera es Eden Hazard, que ha pasado de ser estrella indiscutible a un futbolista sin relevancia alguna durante esta temporada a causa de las lesiones concatenadas que ha sufrido. "Pero Eden es Eden. Es alguien a quien le gusta estar en el campo, como a todos los futbolistas. Está feliz, sonriendo. Ahora se trata de construir esa confianza partido tras partido y entrenamiento tras entrenamiento", valoró Roberto Martínez el sábado, en la previa del amistoso ante Croacia, partido en que el delantero madridista jugó unos minutos.

También preocupa el otro gran referente de la selección belga, el centrocampista del Manchester City Kevin De Bruyne, que sufrió una doble fractura de nariz (aguda) y del orbital izquierdo en la final de la Champions ante el Chelsea. Tuvo que guardar una semana de reposo, lo cual ha retrasado su puesta a punto junto a la plantilla belga.

Otro jugador, Axel Witsel, figura clave para dar equilibrio en la medular, se rompió un talón de Aquiles en enero y también llega entre algodones a la cita continental. "Esperamos que esté en plena forma en el tercer partido del grupo (contra Finlandia el 21 de junio). Lo miramos día a día, pero está decidido. No lo vamos a forzar mas", valora Martínez.

La hora de la verdad le llega a la generación de oro con los defensas habituales maduros, la cuestión es si también lo hacen pasados de rosca.

El zaguero del Tottenham Toby Alderweireld ya ha cumplido los 32, dos más tiene Jan Vertonghen, que juega en el Benfica, y el exbarcelonista Thomas Vermaelen suma 35 años y ha encontrado un retiro dorado en el Vissel Kobe, junto a Andrés Iniesta. Probablemente Roberto Martínez refuerce la defensa con Jason Denayer, de 25 años y que está despuntando en el Olympique Lyon.

En cambio Romelu Lukaku llega a la cita pletórico. En sus 89 partidos con la selección belga el fornido delantero ya es el máximo goleador de Bélgica de todos los tiempos. El menudo Dries Mertens, que ha hecho carrera en el Nápoles, es una garantía ofensiva, lo mismo que Yannick Carrasco, uno de los hombres más destacados en la gran temporada del Atlético de Madrid, culminada con la consecución del título de liga.

Puede ser el momento del hermano, Thorgan Hazard que, a los 26 años, ha eclosionado en el Borussia Mönchengaldbach hasta convertirse en uno de lo centrocampistas más ofensivos de la Bundesliga.

Bob Martínez

Seleccionador de Bélgica desde que el 3 de agosto de 2016 sustituyó a Marc Wilmots, con el técnico catalán los diablos rojos han dado un salto cualitativo. Roberto Martínez fue pionero en el fútbol inglés. Se enroló en 1995 en el modesto Wigan, donde es una leyenda. Desde entonces has de desarrollado su carera profesional, de jugador y entrenador, en Inglaterra. Antes de dar el salto a la selección belga, el técnico de Balaguer dirigió al Everton y tras conocerse la marcha de Zinedine Zidane del Real Madrid formó parte del elenco de futuribles, básicamente por el buen fútbol que destilan sus equipos.

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