El domingo fue un día histórico para el Deportivo Alavés. Después de una temporada muy positiva y, sobre todo, muy regular en cuanto a resultados, las Gloriosas lograron al fin el tan ansiado ascenso a la Liga Iberdrola. Una promoción, además, especialmente esperada por haberse resistido en las dos campañas anteriores y que supuso el merecido premio para el club por su apuesta por el fútbol femenino; y para la dirección de la propia estructura, comandada por Dafne Triviño, por su trabajo incesante durante los últimos cuatro años para construir y fortalecer una sección extinta durante mucho tiempo en la entidad del Paseo de Cervantes.

Llegar a este punto no ha sido fácil, eso sí. Para ganarse la oportunidad de batirse con las mejores, el conjunto dirigido por Mikel Crespo ha tenido que completar un curso casi sobresaliente debido al constante acecho de Osasuna, que ha luchado hasta la última jornada por adelantar a las gasteiztarras. Las Gloriosas salieron campeonas de la fase regular con 37 puntos -tres más que las rojillas- y confirmaron sus buenas sensaciones en la fase de promoción, donde sumaron seis triunfos y dos derrotas. En total, 55 puntos. Los mismos que el Villarreal, líder y ascendido del otro grupo.

No obstante, aunque lo conseguido esta campaña sea muy loable, lo cierto es que el verdadero reto -o al menos el más exigente hasta la fecha- comenzará el próximo curso. El salto entre Segunda y Primera División es descomunal. Tanto que incluso puede dar vértigo. Porque en la Liga Iberdrola no solo se encuentran algunos de los mejores conjuntos de Europa -como el Barça, que ganó la Champions hace unos días-, también conviven escuadras con estructuras de vanguardia gracias al sustento de la sección masculina y otras que, al contrario que la gran mayoría, tienen a su equipo femenino como el mayor activo de la entidad (Madrid CCF, Granadilla Tenerife, Sporting Huelva, Santa Teresa y EDF Logroño).

Ante tal competitividad, el Alavés va a tener que reforzar su plantilla. ¿Cuánto? He ahí el quid de la cuestión. Los recién ascendidos siempre se encuentran con la misma disyuntiva. Pueden, por un lado, mantener la base y realizar varios fichajes que ofrezcan un plus al vestuario o, en cambio, optar por una remodelación completa y despedirse de muchas de las jugadoras que han sido fundamentales para llegar a la máxima categoría. La primera opción es la que suelen elegir la mayoría y, seguramente, la más natural, pero no siempre es la que mejores resultados conlleva debido al exigente salto cualitativo que deben dar esas futbolistas que suben el escalón.

Uno de los últimos clubes que tuvo esa preferencia fue el Eibar, ascendido la temporada pasada junto al Santa Teresa. Los armeros apostaron por dar continuidad al bloque que les llevó a la élite y, como recompensa a esa confianza, están muy cerca de certificar la permanencia. Su ventaja sobre la zona roja, que la limita el Deportivo, es de cinco puntos a falta de tres jornadas, lo que deja a las guipuzcoanas en una posición muy favorable. Esto, además, pese a la dificultad añadida que tiene salvarse este curso, pues descienden cuatro equipos en vez de dos para volver a dejar la competición con 16 participantes.

Si finalmente las guipuzcoanas aseguran su estancia en Primera, se convertirán, sin duda, en uno de los rivales directos de las Gloriosas, que partirán en la 2021-22 con el mismo objetivo. En esa encarnizada lucha por evitar los dos últimos puestos, el cuadro albiazul tendrá también en frente a equipos que llevan muchos años en lo más alto como son el Valencia, el Sevilla, el Real Betis, el Rayo Vallecano, el Sporting Huelva y el recién ascendido Villarreal. Luego, con miras más altas, estarán el Athletic, el Atlético, la Real Sociedad y el Real Madrid, que buscarán acabar con la amplia superioridad del Barcelona, que esta campaña se ha alzado con el triplete -Liga, Copa de la Reina y Champions-.

Ver a culés, colchoneras, merengues, txuri-urdines o leonas entre las mejores de la categoría no sorprende, pero hay tres escuadras que también entran en ese grupo y que no tienen nada que envidiar a las demás. El Levante, el Granadilla y el Madrid CCF llevan años trabajando sobremanera sus equipos femeninos y, en la actualidad, pelean de tú a tú a cualquiera. Las granotas, por ejemplo, van a terminar, salvo remontada épica de la Real, en segunda o tercera posición y han sido finalistas de la Copa de la Reina.

Mantener el bloque o revolucionar la plantilla, la gran disyuntiva de la secretaría técnica para la próxima campaña

El cuadro babazorro tendrá que pelear la salvación con equipos de mucha entidad como el Sevilla, el Betis, o el recién ascendido Villarreal