- Mónaco es el segundo país más pequeño después del Vaticano. Con menos de 40.000 habitantes, un tercio de la población en posesión de la nacionalidad monegasca y sin un circuito permanente, la posibilidad de que surja un piloto oriundo en la Fórmula 1 es ínfima. Las opciones crecen cuando un tercio de la población es multimillonaria. Pero la familia Leclerc no lo era. Al menos, no para costear una carrera hacia la élite. Charles Leclerc necesitó el mecenazgo de la agencia de representación de Nicolas Todt, el hijo de Jean Todt, quien fuera el director deportivo en la etapa más gloriosa de Ferrari, cuando Michael Schumacher logró cinco títulos consecutivos entre el 2000 y el 2004. Ahora, Leclerc es el chico de oro de Ferrari. El Principito pasea por las glamurosas calles de Montecarlo en superdeportivos. Representa junto a Max Verstappen y Lando Norris la talentosa nueva generación.

Los tiempos han cambiado para Ferrari. También para Mónaco. Antaño se concedían terrenos a los nuevos pobladores; ahora se dibujan proyectos para ganar terreno al mar en el país con mayor densidad de población. Hay codazos por ocupar cada metro. Como en su Gran Premio, como en su circuito urbano, ratonero. Un Scalextric que, como en la obra de Saint-Exupery, devuelve a los pilotos a sueños de infancia corriendo entre lujosos yates y balcones.

El sueño de Leclerc se apagó antes de encenderse el semáforo. El accidente del sábado, que protegió su pole y por ello trajo polémica, tuvo fatales consecuencias. Antes de la carrera se descubrió un problema en el coche y el monegasco no tomó la salida.

Verstappen, tapado como Francisco Grimaldi cuando en 1297 tomó Mónaco vestido de franciscano junto a sus soldados, se vio en la primera posición de salida. Sigiloso, infiltrado, sin plantar batalla gracias a su inmaculado coche. Mad Max está llamado a ser la némesis de Leclerc.

Con la pista libre y una salida limpia -no hubo cambios de posiciones en el Top 10-, Verstappen mostró su disposición de aprovechar la oportunidad de tener a Lewis Hamilton en la sexta posición. La única opción de Mercedes de detener al piloto de Red Bull pasaba por Bottas, segundo.

En diez vueltas, la diferencia de Verstappen con Bottas era de 1,5 segundos y de 12 con Hamilton. La cita sobre el trazado de 3,3 kilómetros era una procesión, una caravana con distancias de seguridad. Mad Max decidió imprimir ritmo al acercarse la ventana del cambio de gomas, a fin de protegerse de la amenaza de un undercut de Bottas. La estrategia era prácticamente la única vía para escalar puestos; en Mónaco, casi todos los puntos se reparten los sábados. “Con estos neumáticos -los blandos- estoy contento”, reportó el neerlandés. En el giro 25, su ventaja era de 5 segundos. Carlos Sainz, tercero, se pegó a Bottas.

Hamilton, buscando modificar la dinámica, inició el baile de boxes en la vuelta 30. Un giro después se detuvo Bottas. El finlandés, imán para infortunios, se encontró un desastre en el garaje: una rueda quedó atascada y abandonó. De este modo, Sainz (2º) y Norris (3º) ascendieron a escalones de un podio que da crédito a los jóvenes. Sergio Pérez paró más tarde y rodó con espacio libre para realizar un magistral overcut a Hamilton (7º), Gasly (6º) y Vettel (5º), y alojarse en la cuarta plaza tras salir octavo.

Sainz trató de presionar al impasible Verstappen. Halló un muro de 3 segundos. No tuvo manera de cruzar. Pero cobró su primer podio con Ferrari; el tercero de su vida. Asumió la responsabilidad de defender el honor de un monoplaza que 27 grandes premios después pudo haber ganado una carrera, porque la pole de Leclerc valía por media victoria, y eso que ver un piloto local firmar la pole de Mónaco es improbable y ganar lo es aún más.

No hubo otros cambios en la zona alta. En la baja, Fernando Alonso fue 13º. Su compañero en Alpine, Esteban Ocon (9º), sigue ganando cada duelo.

Así concluyó la quinta cita del calendario. La primera flaqueza de Mercedes se pagó con el liderato. Verstappen traspasó fronteras. Estrenó victoria en Mónaco -segunda del año- y por primera vez es líder de un Mundial. Hamilton redujo el impacto del séptimo puesto con la vuelta rápida. Llegó con 14 puntos de ventaja y está 4 por debajo de Mad Max. La enconada lucha por el título continúa.

Clasificación de la carrera

Mundial de pilotos

Mundial Constructores

La vuelta rápida: La 69 de Lewis Hamilton (Mercedes), con un tiempo de 1:12,909, a una media de 164.769 km/h.