La Juventus conquistó anoche su decimocuarta Copa Italia, al imponerse por 2-1 al Atalanta en Reggio Emilia en una gran noche del sueco Kulusevski, quien marcó un gol y dio una asistencia a Federico Chiesa. En la final de Copa de Francia hubo un héroe más reconocible, Kylian Mbappé, que con una asistencia a Icardi al inicio del partido y un tanto al final, dio al PSG su decimocuarta Copa ante el Mónaco (0-2).

Ante 4.300 espectadores, que regresaron por primera vez desde el pasado octubre a un estadio de fútbol en Italia, la Juventus de Andrea Pirlo ganó su segundo trofeo de la temporada, tras la Supercopa italiana que levantó el pasado enero. Un gran gol del ucraniano Malinovsky había igualado para el Atalanta un tanto inicial de Kulusevski, pero Chiesa decidió el encuentro al culminar una excelente jugada coral en el minuto 73.

El Mapei Stadium albergó una final de Copa Italia de alto voltaje, entre dos equipos tremendamente hambrientos, por distintas razones. Terminó emergiendo el Juventus, obligado a llevar a Turín el trofeo en el intento de matizar una temporada por debajo de las expectativas.

En la final de Francia, el PSG renovó el entorchado, logrando así superar su primer match ball en una semana en la que también se juegan el domingo la liga ante el Lille, que tiene un punto de ventaja con solo tres puntos por disputarse.

El título de ayer, el décimo cuarto de Copa para el PSG, récord en Francia, tuvo un nombre propio: Kylian Mbappé, que se aprovechó en el 11 de un error en el control del balón del central Disasi para servir en bandeja el 0-1 al Icardi en el 19. En el segundo tiempo, Mbappé dio más muestras de su calidad, culminando el 0-2.