- El Mallorca conquistó ayer el noveno ascenso a Primera División de su historia al perder el Almería en Cartagena (3-2) subido en una montaña rusa, que le ha llevado en los últimos cuatro años a ascender y bajar de categoría sin parar. El regreso a LaLiga una temporada después corona una trayectoria brillante del grupo de Luis García Plaza, acostumbrado desde 2017, cuando se hundió en el pozo de Segunda B, a celebrar más triunfos que a lamentar derrotas.

El Mallorca, con el cuarto presupuesto más alto de la categoría (19 millones de euros), tras el Espanyol (45,3), Almería (27,6) y Leganés (26,7), ha tocado las teclas justas para recuperar un sitio en Primera tan solo un año después de haberlo perdido.

Superó con matrícula el trauma de quedarse sin su entrenador fetiche, Vicente Moreno, el de los tres ascensos seguidos, y sin sus principales futbolistas, el croata Budimir (Osasuna), el japonés Take Kubo (Getafe) y el colombiano Cucho Hernández (Getafe). Apostó por Luis García Plaza, un técnico conocido pero que en las últimas temporadas había estado ejerciendo en Arabia Saudita y China y, por tanto, desvinculado del día a día del fútbol español.

El entrenador madrileño mantuvo, con muy buen criterio como se ha demostrado, el bloque de los últimos años y confió en otros jugadores que han sido clave en el ascenso como Abdón Prats, el ex del Athletic Íñigo Ruiz de Galarreta, Antonio Sánchez y Ndiayé.

La campaña de los mallorquinistas en gran parte del torneo fue espectacular: durante ocho meses no perdió ningún partido como visitante, su defensa fue la menos batida prácticamente todo el curso y cuando atrapó la cima de la clasificación nadie le movió de ahí.

El equipo, no obstante, pasó por momentos difíciles en el tramo final del campeonato, que se le hizo muy cuesta arriba tras sumar 2 puntos de 18 en juego en seis salidas seguidas.

La pérdida de solidez lejos de Son Moix, que era su fuerte, le hizo dudar, pero tuvo la suerte de que sus rivales en la lucha por el ascenso directo no lo aprovecharon.