La media inglesa fue considerada durante décadas la clave del éxito en el mundo del fútbol. Para muchos equipos salir victoriosos de los partidos como local y lograr un empate fuera de casa era sinónimo de regularidad y fue esta idea la que les llevó a buscar esta tan popular serie de resultados.

El Alavés, sin intención premeditada, ha conseguido con Javi Calleja seguir la fórmula británica y gracias a ella ha dado la vuelta a la delicada situación que prevalecía hace tres semanas. Desde que asumió el cargo en detrimento de Abelardo, el técnico madrileño ha sumado dos triunfos en Mendizorroza -contra el Huesca y el Villarreal- y dos tablas en San Mamés y Mestalla, lo que ha dejado un inesperado y espectacular balance de ocho puntos de doce posibles que han alzado al Glorioso en la tabla.

Ayer, ante el Valencia, los albiazules estuvieron muy cerca de lograr su tercera victoria consecutiva y encarrillar así de forma casi definitiva la permanencia, pero Gayà se interpuso en el camino y transformó en agridulce el regusto dulzón que había dejado Guidetti minutos antes en la boca de los aficionados babazorros.

No obstante, pese a la decepción final, lo cierto es que el punto logrado en el feudo che tiene un valor incalculable. Primero, porque por encima de ganar, aunque lógicamente sea preferible, lo más importante en una recta final tan ajustada es no perder -y más frente a un rival con tanto peligro como el equipo levantino-; y segundo porque la confianza extra que aporta seguir invicto con un nuevo entrenador es fundamental para un vestuario que hasta hace no mucho se caía a trozos cada vez que debía afrontar una situación complicada.

Aprovechando ese buen momento que todavía está en auge, la escuadra gasteiztarra deberá preparar ahora el exigente choque contra el Eibar del próximo domingo (14.00 horas) en Ipurua que bien podría servir para prácticamente descartar a uno de los rivales en esta ardua pelea por la salvación.

Uno de los aspectos más positivos que ha demostrado Calleja en esta breve etapa como entrenador alavesista ha sido su capacidad para recuperar jugadores que estaban descartados, olvidados o, incluso, defenestrados. Los casos más sonados fueron los de Lucas, que llegó a quedarse fuera de la convocatoria por problemas con el Pitu, y Jota, aislado varios meses y con una demostración de nivel muy inferior a la esperada en sus limitadas apariciones. La llegada del técnico madrileño les ha devuelto el protagonismo y, sobre todo en el caso de Peleteiro, el rendimiento ha sido notable.

Sin embargo, los dos gallegos no han sido los únicos que se han sumado a la causa, también lo han hecho otros como Martín, cumplidor pese al cambio de banda, Pere Pons, probablemente en su mejor momento como albiazul, Deyverson o Guidetti. El ariete sueco, después de una temporada más que positiva como cedido junto a Munir, había sido en las dos últimas temporadas uno de los grandes olvidados de la plantilla -incluso llegó a jugar media campaña en el Hannover- y buena muestra de ello son los cinco partidos ligueros en los que ha aparecido con Machín y Abelardo. Seguramente, lo más lógico hubiera sido darle salida en alguno de los anteriores mercados, pero mientras siga aquí, no sacarle provecho es un error y Calleja lo sabe. Ayer marcó y, con la confianza que le está brindando el entrenador babazorro, quién sabe qué más puede aportar de aquí hasta que finalice la temporada.

Calleja ha recuperado para la causa a futbolistas que hace un mes estaban descartados, olvidados e incluso defenestrados