- La neerlandesa Anna van der Breggen (SD Worx), logró ampliar su leyenda en la Flecha Valona con un séptimo triunfo consecutivo al rematar a sus rivales en el ascenso final al Muro de Huy, donde impuso su experiencia y fortaleza en una prueba en la que la española Mavi García (Alé BTC Ljubljana) se clasificó quinta tras pelear con las mejores.

En la enésima demostración en la Flecha Valona, la reina Anna Van der Breggen honró el maillot arcoíris de campeona del Mundo imponiendo la ley de la más fuerte en un Muro de Huy que conquistó por séptima vez, todo un hito histórico.

La neerlandesa de 31 años invirtió un tiempo de 3h.28.28 en los 130 kilómetros de recorrido entre Huy y el Muro, en cuyas rampas relegó al segundo puesto a la polaca Katarzyna Niewiadoma (Canyon), su rival directa hasta los últimos metros. La tercera plaza correspondió a la campeona italiana Elisa Longo Borghini (Trek), la cuarta para la neerlandesa del Movistar Annemiek Van Vleuten y la quinta la española Mavi García.

Las grandes favoritas fueron las protagonistas de la clásica belga, sobre todo en los últimos kilómetros, donde el espectáculo creció con ataques constantes.

La neerlandesa Annemiek van Vleuten buscó la gloria para el Movistar en la ladera del Chemin des Gueuses, a 10 kilómetros de meta, pero el contraataque de la estadounidense Ruth Winder surtió inicialmente efecto abriendo una veintena de segundos.

En la persecución se juntaron Elisa Longo Borghini, Anna van der Breggen, Demi Vollering, Mavi Garcia (Alé BTC) y Katarzyna Niewiadoma, entre otras. No estaba en este grupo la neerlandesa Marianne Vos, la ganadora de la Amstel Gold Race.

Winder se marchó con la esperanza de resistir las terribles rampas del Muro de Huy, pero la reacción y la experiencia contaron mucho para arruinar a la estadounidense, que fue atrapada a 700 metros de meta, todo un mundo cuando la carretera apunta al cielo de esa manera.

Van der Breggen tomó posiciones en un lugar que la ha coronado 7 veces, aguantó la compañía de la polaca Niewiadoma hasta la cresta final, y ahí soltó el ataque definitivo. Directamente a la victoria, ampliando una leyenda posiblemente irrepetible.