Era un proyecto multimillonario destinado sí o sí a disputar la Euroliga 2021-22 pero el pasado miércoles se produjo la sorpresa con la que prácticamente nadie contaba. La derrota del Virtus Bolonia en su casa ante el Unics Kazan en el tercer partido de las semifinales de la Eurocopa (100-107) deja ya al lustroso conjunto italiano de, entre otros, Milos Teodosic o Marco Belinelli sin plaza en la mejor competición continental salvo que Jordi Bertomeu le otorgue una wild card, algo que el mandamás desmintió categóricamente en una reciente aparición pública.

En lugar del histórico Virtus será el Unics Kazan, otro rico del Este de Europa que ya ha degustado en el pasado las mieles del mejor torneo a este lado del Atlántico, quien ocupe su plaza sumándose a los trece clubes con licencia A -Bayern y Asvel han sido los últimos afortunados en lograrla-, el Alba -que también ha recibido una invitación por dos temporadas- y el Mónaco. Rusos y franceses, también clasificados hace días tras dejar en la cuneta en la otra semifinal al Gran Canaria, se jugarán en breve el título de la Eurocopa, que proporciona desde la pasada campaña dos pasaportes para figurar dentro del selecto grupo de equipos pertenecientes a la aristocracia continental.

Gracias a los 24 puntos de Jamar Smith -ex del Unicaja-, los 22 de Okaro White, los 20 de John Brown y los 17 de Nate Wolters, el Unics dejó con la miel en los labios al Virtus, que no se vio salvado de la debacle pese a los 49 puntos que consiguieron entre sus dos rutilantes estrellas (25 de Teodosic y 24 de Belinelli).

Un incuestionable golpe bajo para un proyecto, el transalpino, que había sido configurado con la idea de reverdecer viejos laureles. Una de sus etapas más doradas se produjo al comienzo de este nuevo siglo con aquella Euroliga conquistada ante el Baskonia. El primer paso para satisfacer dicho objetivo era regresar a la máxima competición. Dado que el Armani Milan es el único poseedor de una licencia A dentro de la Lega sus opciones pasaban por protagonizar un destacado papel en la Eurocopa o, en su defecto, conseguir una invitación. A través del primer requisito, desde luego, ya no será viable.

Después de pasar por auténticas penurias, descensos administrativos y deportivos incluidos en los últimos años, el título de la Basketball Champions League de la FIBA en 2019 comenzó a sentar las bases de un proyecto que parecía ganador de la mano de Sasha Djordjevic, readmitido este curso tras su despido inicial. Tras 19 victorias consecutivas en la Eurocopa y llegar invicto a semis ante el Unics, el miércoles tuvo lugar un gran fiasco que seguramente comprometerá la estabilidad del club y de paso puede frustrar operaciones que estaban en marcha de cara al futuro.

Uno de los objetivos en materia de fichajes del Virtus era precisamente el baskonista Achille Polonara, cuyo excelente rendimiento en Vitoria ha despertado el interés de un club boloñés con el suficiente poder adquisitivo como para tentarle con una lucrativa oferta en cuanto a dinero y años de duración. Sin la Euroliga garantizada, el cuatro italiano difícilmente se podrá ver seducido y quizás ya vea con mejores ojos la propuesta de renovación por tres temporadas que Josean Querejeta le ha puesto encima de la mesa.