Cuando hablamos de fuerza, siempre se tiende a pensar en la fuerza bruta, pero nada más lejos de la realidad. La verdaderamente importante es la fortaleza mental y el saber sincronizarla con el músculo de la forma correcta. Y es que a lo largo de la historia hemos visto grandes hazañas y deportistas que han conseguido éxitos gracias a su insistencia y buen hacer. Todas esas características de las que hablamos son intrínsecas a Garoa Martínez, quien, posiblemente si no lo ha hecho ya, marque un antes y un después en la halterofilia.

La joven de 23 años, nacida en Bermeo pero afincada desde hace tiempo en Vitoria, tiene ante sí un gran reto en su primer campeonato internacional en la categoría de 64 kg de peso corporal, el cual se disputa en Moscú del 3 al 11 de abril y donde, a buen seguro, realizará un gran papel. Para entender el envidiable futuro que la competidora tiene por delante, hay que echar un simple vistazo a su pasado y trayectoria para comprender por qué está dejando huella en la halterofilia con su temprana edad.A pesar de que la alavesa de adopción no llega ni a los cinco años de experiencia en este deporte, en su vitrina particular ya cuenta con varios galardones, como el subcampeonato de España en 2019, una medalla de oro y dos de bronce en el evento nacional disputado en A Coruña el pasado año, siendo estos últimos los que más ilusión le han hecho. "Lo logré cuando me encontraba en una situación laboral complicada, ya que tenía que trabajar bastante y apenas me quedaba tiempo para entrenar. Al final, llegaba desgastada mentalmente y, aunque no fuera una competición realmente buena, fue como una especie de premio a mi esfuerzo, ya que me decía a mí misma una y otra vez que iba a tirar hasta el final. Para mí, significó mucho", rememora Garoa con nostalgia.

Y si echamos la mirada hacia atrás aún más, llama poderosamente la atención que la levantadora comenzase con la gimnasia rítmica. Y es que en Bermeo "no se puede acudir al gimnasio hasta que tienes 16 años y yo enseguida lo estaba enfocando, pero lo tenía como prohibido", afirma Martínez, quien después de una operación en 2012 se cambió finalmente al crossfit.

La altera jamás olvidará sus inicios, ya que en "septiembre me apunté al gimnasio y en noviembre ya di el salto a esta especialidad". También recalca que "todo el mundo me decía que probara la halterofilia, porque me iba a gustar y el fin de semana que se daba la clase de iniciación, me iba a volver a Bermeo, pero finalmente me quedé para probar". Un día que recuerda igualmente con una sensación especial su entrenador, Iñigo Ruíz de Azua, quien desvela que "enseguida se le vio que tenía un gran potencial y eso que los movimientos en sí no los había iniciado, pero reunía unas características muy buenas para lo que es la práctica deportiva y poco a poco fue saliendo la halterofilia que tenía dentro". Es más, añade con orgullo el hombre que tutela la carrera de Garoa, "enseguida empezamos a incluirla en competiciones regionales y de Euskadi y ya al segundo año estuvo en el Campeonato de España".

A partir de ese momento, la halterofilia entró en su vida para quedarse. Algo fácil de decir, pero no tan sencillo de combinar. Y así lo confiesa Iñigo, "esto al final no es un deporte profesional y yo espero que le queden varios años por delante, ya que puede disponer de un gran futuro, pero también tiene vida propia. Si se lo permiten y sigue en la halterofilia, confío en que pueda romper las marcas que hay ahora. De hecho, está muy cerca de los récords de España y creo que alguno puede caer en este 2021".

Por su parte, Garoa precisa que puede combinar su vida diaria con la halterofilia, porque "mi punto fuerte es la organización y está claro que he tenido situaciones en las que he podido entrenar mejor o peor, pero yo creo que es cuestión de ponerte y organizarte". Un calendario nada fácil de gestionar y que hace honor a su punto fuerte, ya que la haltera afincada en Vitoria entrena hasta seis días a la semana, cuatro de halterofilia y otros dos de crossfit. Cada sesión tiene una duración de hora y media o dos horas.

El campeonato de Rusia será su primera experiencia internacional, algo muy emotivo para ella. Hasta la fecha, Garoa ha tenido muy mala suerte, ya que hace dos años no pudo acudir al campeonato junior a causa de su trabajo y el curso anterior, por culpa de la pandemia, se suspendió el evento. Ahora le toca estrenarse a lo grande y directamente con la absoluta. Algo que no le asusta, ya que Martínez tiene un pensamiento muy positivo. "Si he conseguido obtener ciertos premios cuando estaba mal en mi vida personal, ahora tengo que dar mucho más de mí misma", sostiene. Eso sí, al mismo tiempo reconoce la dificultad de esta competición, donde espera "poder hacerlo bien, acercarme a mis marcas y completar una competición de calidad".

Iñigo, por su parte, pone los pies en la tierra. "Ella se está incorporando al mundo de la élite de la halterofilia y en esas fases todavía tiene que navegar un poquito más, porque hay gente que posee mucha más experiencia. Aun así, aquí nunca se sabe, porque Garoa tiene algo especial que la hace capaz de todo. Tiene una gran mentalidad a la hora de enfrentarse a la competición y en la tarima se crece bastante y eso es importante", elogia.

En definitiva, Garoa afrontará este próximo 6 de abril un nuevo reto consistente en levantar Moscú. Sin embargo, este no será el último, ya que la joven levantadora vasca parece querer seguir ligada a la halterofilia el día de mañana. "Si algún día necesitan que imparta clases, estoy dispuesta. Esto no lo hago con el objetivo de ganar dinero, sino porque me gusta".

Eso sí, la haltera es del pensamiento del día a día y sin querer mirar mucho al futuro, "yo simplemente me dedico a entrenar, porque me gusta y estoy con mis compañeros, no soy consciente de lo que estoy o no estoy consiguiendo. Tengo asumido lo que tengo que hacer y lo quiero hacer. No me paro a pensar en otras cosas". Aún se desconoce si conseguirá levantar Moscú, pero lo que sí ha logrado es levantar el muro del miedo al estar fuerte físicamente. "Creo que siempre se ha asociado que la chica no tiene que estar fuerte, porque es feo, y sí que animaría a no tener ese miedo para romper esa barrera y hacer lo que te dé la gana", concluye Garoa.

La alavesa de adopción se inició en la gimnasia rítmica, se cambió al crossfit tras una operación y desde hace cinco años hace halterofilia

Su buena organización es básica para compatibilizar el trabajo con el deporte; se entrena dos horas durante seis días a la semana

"Animaría a las chicas a no tener ese miedo de estar fuertes para hacer lo que te dé la gana"

Haltera afincada en Vitoria

"Si algún día necesitan que imparta clases, estoy dispuesta; esto no lo hago por dinero, sino por diversión"

"Simplemente espero hacer una competición de calidad y acercarme a mis marcas en Rusia"

"Garoa tiene algo especial para ser capaz de todo y en la tarima se crece bastante"

"Enseguida se le vio que tenía un gran potencial pese a no haber iniciado los movimientos en sí"

Entrenador de Garoa Martínez