- A Primoz Roglic, competidor impenitente, campeón testarudo y orador lacónico, se le conoce también por inventar la distancia Roglic, su método de triunfo. El molde esloveno se suele situar alrededor del kilómetro a meta. En esa distancia se intensifica Roglic, que sube de vueltas y su motor hace el resto. Básicamente, no da opciones. Apenas se levanta del sillín para magnificar su obra. Lejos de la ornamentación y de lo barroco, del efectismo y el histrionismo, Roglic es un ciclista de líneas rectas y sencillas. Minimalista en la puesta en escena. Brutalista en la cuenta de resultados. “Estoy feliz. He comprobado que estoy bien. Soy optimista y mi idea es llegar hasta Niza”, dijo Roglic, que no tardó en aclarar el debate en el primer test de montaña. El esloveno manda desde la cima de la París-Niza. Etapa y liderato. No conoce otro manera de competir Roglic, que con su ambición honra el ciclismo.

El corredor de Jumbo tiene el sabor añejo de los campeones de siempre. Entre los viñedos viejos de Chiroubles, con sus laderas graníticas mecidas al sol, mientras los jadeos y los esfuerzos de los ciclistas, para entonces el pelotón convertido en un grupo selecto, con Roglic, Schachmann, Vlasov, McNulty, un estupendo Ion Izagirre y alguno más, el esloveno amplió su radio de acción. Todos esperaban a Roglic, pero no creían que irrumpiera tan pronto. Asfaltó su ataque con una aceleración a más de tres kilómetros de meta. El reclamo de un esprint bonificado en la última montaña del día apresuró a Roglic. Devoró el esfuerzo agonístico de Bernard y Luis León Sánchez, que viajaban hacia un imposible en una jornada que remataba en Chiroubles (1ª), 7,3 km al 6%. No tardó en embolsarse una renta de 20 segundos, que en meta fueron doce cuando los perseguidores aceleraron en el tramo definitivo. Para entonces, Roglic celebró el triunfo señalando el cielo, su techo. En el grupo de los mejores llegó Ion Izagirre, quinto en la general en la que domina el esloveno.

En paralelo a la París-Niza discurre la Tirreno-Adriático. Si en la montaña venció Roglic, a un palmo de la playa alzó los brazos su compañero Wout van Aert, aplastante su superioridad al esprint. El belga es el primer líder de la carrera a la que aspiran Landa, Pogacar, Bernal o Nibali. Los favoritos tacharon el día sin sobresaltos a la espera de las etapas de montaña.

Cuarta etapa

General

Ion Izagirre