PSG Navas; Florenzi (Colin Dagba, min.77), Kimpembe, Marquinhos, Kurzawa (Diallo, min.46); Gueye (Pereira, min.59), Paredes, Verratti (Rafinha, min.84), Draxler (Di María, min.59), Mbappé e Icardi.

BARCELONA Ter Stegen; Dest (Trincao, min.66), Mingueza (Junior, min.35), Lenglet, Jordi Alba, Busquets (Ilaix Moriba, min.79), Frenkie De Jong, Pedri (Pjanic, min.78), Griezmann, Messi y Dembélé (Braithwaite, min.79).

Goles 1 - 0, min.30, Mbappé (penalti); 1 - 1, min.37, Messi.

Árbitro Balázs Makray (HUN).

Estadio Parque de los Príncipes.

- El FC Barcelona se despidió ayer de la Liga de Campeones después de un empate (1-1) ante el PSG en la vuelta de octavos de final, donde el cuadro culé llegaba obligado a remontar el 1-4 de la ida, un milagro abortado por Keylor Navas, quien paró de todo, incluido un penalti a Messi, para arrebatar la fe al rival.

El meta costarricense, ex del Real Madrid, firmó una exhibición de paradas en especial en el primer tiempo, sobre todo en una mano dura abajo a Dembélé, otra arriba con ayuda del palo a Dest y un penalti a Messi, todo en 45 minutos frenéticos y de superioridad blaugrana.

El argentino había permitido soñar al Barça con un golazo de 30 metros para empatar el tanto de penalti de Mbappé. Sin embargo, falló una pena máxima en la última jugada del primer tiempo, jarro de agua fría para un aterrizaje en París como exigía el guion de las grandes remontadas. Los de Ronald Koeman asediaron a un PSG que demostró ser un equipo mucho más vulnerable y accesible esta temporada de lo que logró sacar del Camp Nou en la ida, pero no llegaron los goles que hacían falta. Los de Pochettino se encomendaron a Navas. Los desmarques de Dembélé fueron una constante pero el galo no acertó en el remate, con la más clara cerca de los 20 minutos.

El Liverpool se hizo ayer con la victoria frente al Liepzig (2-0), lo que le da el pase a cuartos de final. Los pupilos de Klopp volvieron a ofrecer su mejor versión, anulando al Leipzig. Mohamed Salah marcó el primer tanto tras una asistencia de Diogo Jota, y Mané sentenció tan solo cuatro minutos después.