ucas Eguibar, flamante campeón del mundo de boardercross de snowboard en una apretada carrera en Idre Fjäll (Suecia), se juega el éxito o el fracaso en descensos de un minuto sobre la nieve en los que todo cuenta. Sus tablas son su Fórmula Uno, explica, y elegir la correcta puede ser vital. "Nuestras tablas son como los coches en la Fórmula Uno o como las motos en MotoGP. Además de cómo están hechas, la suela de la tabla es como un neumático de coche, y en función de la nieve, si es más fina o más gorda, o llueve, coges una u otra. En función de esto puedes ganar o perder", detalla el campeón mundial en una conversación telefónica desde Reiteralm (Austria), donde este jueves fue segundo en la Copa del Mundo, su decimotercer podio.

Desde las primeras competiciones de Eguibar con catorce años a su realidad actual como campeón mundial a un año de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín (China), la evolución del material ha sido exponencial. "No tienen nada que ver, es como un coche de calle y un Fórmula Uno".

Construidas con un alma de madera, que es una composición de diferentes maderas en función de la dureza y flexibilidad deseada, y reforzada con titanal (una aleación de aluminio) o fibra de carbono y con cantos de acero con carbono, las del deportista donostiarra son elaboradas por la marca suiza Oxess. Eguibar viaja con unas seis tablas, de las que selecciona en cada lugar las dos o tres más adecuadas para competir en función de las condiciones.

En ese trabajo de selección cobra gran importancia la figura del skiman Hilario Sánchez, el técnico de material de la Federación Española de Deportes de Invierno (RFEDI) que viaja con Eguibar a las competiciones y se encarga de trabajar en el mantenimiento y la selección de la tabla más adecuada a las condiciones que se encuentran en cada campeonato.

"Cada deportista suele tener cinco o seis tablas, y cada una está estructurada y tiene un dibujo especial en la suela para cada tipo de nieve, si es más fría o más cálida. Igual que los neumáticos de calle no son los mismos que unos neumáticos de lluvia o de nieve, aquí el concepto es el mismo. Hay nieves más frías y más húmedas, y unas más agresivas que otras" detalla Sánchez.

Comprobando la humedad de la nieve, su estructura (si está más compacta o más granulada), la temperatura y las condiciones meteorológicas, se decide cuáles serán las que se emplearán en cada competición, a las que Sánchez aplica un tratamiento con parafinas siliconadas (cera) para mejorar su deslizamiento, el elemento clave para que Eguibar les saque la máxima velocidad.

"Utilizamos las cronos de los días previos para probar las tablas. Nos suelen dejar unos 200 o 300 metros para practicar y probamos diferentes bajadas. Ahí se ve lo que cambia una tabla más rápida respecto a otra", explica Eguibar.

El momento de la verdad es la clasificación cronometrada. "Para mí es el momento clave, porque es cuando el deportista tiene una bajada limpia y no hay empujones ni rebufos. Alguien como Lucas, si no te equivocas eligiendo la tabla, se clasifica casi siempre. Si te equivocas, puede marcar la diferencia entre estar entre los doce primeros o no, porque lo normal es que Lucas esté", añade Sánchez.

Por supuesto, las sensaciones del deportista son un elemento clave. "Miramos mucho vídeo para ver dónde somos más rápidos, también uso un acelerómetro, y podemos ver la estrategia... Por supuesto todo viene muy bien, pero al final las sensaciones que yo tenga son muy importantes. No somos máquinas", añade el campeón guipuzcoano.

El aspecto humano también es clave en la labor del skiman, una de los oficios del deporte de invierno que menos se ha mecanizado. "Una máquina no puede subir, ver la nieve, tocarla, comprobar si se le derrite en la mano... Es algo muy manual, muy humano", explica Hilario Sánchez, que tira también de la Fórmula Uno para describir su relación con Eguibar.

"Es una relación más personal que con un entrenador. Un entrenador es como un jefe y un skiman tiene una confianza que no tiene nadie. Al fin y al cabo, él se ata a algo que preparo yo. Igual que Zak Brown era el jefe de Carlos Sainz en McLaren, pero seguramente tendría más confianza con el ingeniero que le coloca la rueda. Es ser la persona de confianza", señala el skiman.

Con sus Fórmula Uno en los pies, Eguibar ya es el flamante campeón mundial de boardercross, rozó este jueves su quinta victoria en la Copa del Mundo, solo por detrás de austríaco Alessandro Hämmerle, y apunta firmemente a los Juegos de Pekín 2022, donde aspira a sacarse la espina de PyeongChang, donde se cayó en octavos.

"Cada deportista suele tener cinco o seis tablas, y cada una tiene un dibujo especial en la suela para cada nieve", relata el 'skiman' de Lucas Eguibar