- A nadie le amarga un dulce. Y al Athletic aún menos cuando no son buenos tiempos para la lírica en clave athleticzale. El legado de la pasada temporada y del mismo Gaizka Garitano, destituido por la Junta Directiva presidida por Aitor Elizegi el pasado día 3 después de superar en San Mamés al Elche, permiten que el conjunto rojiblanco pueda optar a reeditar el que es el último título que asoma en las rutilantes vitrinas de su nuevo Museo, la Supercopa. Aquello sucedió hace casi cinco años y medio, en el doble enfrentamiento histórico frente al Barça de Leo Messi, cuando el equipo entonces dirigido por Ernesto Valverde dio la campanada y un repaso al soberbio cuadro azulgrana, pero el formato de la Supercopa ha variado sustancialmente debido al dinero, poderoso caballero.

Marcelino García Toral, nuevo técnico del Athletic desde diez días atrás, conoce que tiene la opción de conquistar su primer entorchado al frente de los leones gracias a su predecesor, que metió al conjunto rojiblanco en la final de Copa el pasado 5 de marzo en Los Cármenes. Un éxito sobre el Madrid de Zinedine Zidane, que defiende la corona, revalorizaría el proyecto del asturiano que, se quiera o no, está enfocado especialmente a la liga y a la mencionada final de Copa pendiente, sin menospreciar esta Supercopa y el vigente torneo del K.O. que para el Athletic arranca en una semana en Ibiza frente a un equipo de Segunda División B. Una derrota, en cambio, debería leerse en función de la manera en que se produjera, aunque el de Villaviciosa pude alegar que no goza aún de los plazos idóneos para poner sobre el papel las ideas con las que ha llegado a Bilbao.

El título está a dos partidos, 180 minutos, pero el Athletic debe consumar hoy la mitad del recorrido. Marcelino, para ello, conoce lo que tiene que hacer su equipo para tener opciones de vencer a un Madrid al que ve favorito de antemano. El asturiano, que cuenta con la sensible ausencia de Yuri Berchiche, reconoce que, en primer lugar, debe defender mucho mejor de lo que hiciera una semana atrás frente al Barça en su debut al mando de los leones, “pero también saber atacar y contraatacar, y generarles dudas, porque si te limitas a defender, acabarás perdiendo”. La reflexión es muy sencilla, otra cosa es hacerla efectiva en la práctica. No en vano, el preparador rojiblanco insistió ayer en poner en valor la serie de criterios en su tradicional 4-4-2 y al que deberá hacer reajustes en función del partido. No quiso adelantar el once, si bien se entiende que apostará por Mikel Balenziaga como recambio de Berchiche, al tiempo que avanzó que Iñaki Williams jugará la mayoría de partidos como delantero debido a su perfil. Marcelino gusta de competir con dos puntas rápidos y profundos, aunque se guardó el nombre del que acompañará al bilbaino. Tiene más opciones Raúl García, como lo hiciera ante el Barça, pero sin descartar a Asier Villalibre.

Lo cierto es que el Athletic está obligado a sacar su mejor versión si quiere alcanzar la final de la Supercopa a costa de un Real Madrid que sí jugó el pasado sábado en Iruñea y que en los últimos días no ha dejado de quejarse por la injusticia de la que, en su opinión, ha sido víctima. Sea como fuere, el conjunto rojiblanco quiere hincar el diente a un rival equilibrado y, que para más inri, contará con el belga Hazard, que no compareció en el partido de liga entre ambos en Valdebebas. La Supercopa merece un superpartido y el Barça ya espera rival para la final.