REAL MADRID Alocen (-), Causeur (-), Deck (16), Garuba (12) y Tavares (18) -quinteto inicial- Taylor (13), Thompkins (10), Laprovittola (8), Llull (8), Reyes (2) y Carroll ().

UNICAJA Brizuela (11), Alonso (27), Abromaitis (-). Thompson (8) y Guerrero (6) -cinco titular-, Sánchez (2), Waczynski (8), Nzosa (6), Suárez (7), Gerun (-) y Bouteille (7).

Parciales 20-16, 17-17, 30-25, 24-26.

Árbitros Calatrava, Torres y Sánchez Mohedas.

Pabellón WiZink Center.

- El Real Madrid cumplió con el guion previsto y prolongó, una jornada más, su condición de invicto ante un Unicaja de Málaga que llegaba en racha a la casa del líder pero con sus tres bases lesionados, lo que no le impidió plantar cara a su rival, sobre todo en el tercer cuarto con la exhibición desde el perímetro de un inspirado Francis Alonso (91-84).

Se enfrentaban dos de los equipos más en forma de la Liga Endesa. El Real Madrid comparecía con trece triunfos en otras tantas actuaciones, mientras que los andaluces llegaban con cinco victorias consecutivas y solo habían perdido esta temporada en uno de sus desplazamientos, aunque lo hacían sin poder contar en esta ocasión con ninguno de sus directores de orquesta habituales.

Gabriel Deck y Usman Garuba monopolizaron el protagonismo en unos primeros minutos de claro dominio local. Enfrente, el Unicaja se mostraba muy fallón e impreciso. En el segundo acto, más de lo mismo. Los hombres de Laso amenazaban con escaparse pero los malagueños respondían una y otra vez. La segunda parte comenzó con el mismo guion de la primera, ambos equipos al ralentí y el Real Madrid ganando a los puntos un combate que cambió radicalmente con la irrupción en ataque de un Francis Alonso letal. Cinco triples sin fallo del malagueño en seis minutos en los que sumó 16 puntos dieron a los suyos la primera y única ventaja del partido.

El Real Madrid no se descompuso ante el recital de Alonso y volvió a tomar el mando del marcador. Ese último estirón madridista fue definitivo. Unicaja lo intentó en el último periodo, pero al verse diez abajo y sin ninguno de sus tres directores de juego habituales, fue incapaz de atacar la solidez de un líder que sigue sin fallar y, de momento, no acusa la marcha de Facundo Campazzo. Porque Sergio Llull reclamó su protagonismo en los momentos decisivos del choque. Y aunque el equipo andaluz llegó a soñar con la remontada tras un triple de Darío Brizuela que les puso cinco abajo a dos minutos y medio del final, Walter Tavares se encargó de despertarle con varias acciones de mérito bajo aros que sellaron el 91-84 final y prolongaron una jornada más la condición de invicto del equipo que entrena Pablo Laso.