REAL MADRID Courtois; Carvajal (Asensio, min.79), Varane, Sergio Ramos, Mendy; Modric (Fede Valverde, min.88), Casemiro, Kroos; Lucas Vázquez, Benzema y Vinicius (Rodrygo, 79’).

ATLÉTICO Oblak; Hermoso, Felipe (Lemar, min.46), Savic, Trippier; Herrera (Lodi, min.46), Koke, Carrasco (Correa, min.46), Llorente; Luis Suárez (Kondogbia, min.73) y Joao Félix (Saúl, 60’).

Goles 1-0 min.15, Casemiro. 2-0 min.63, Oblak, en propia puerta.

Árbitro Mateu Lahoz (Valencia).

Estadio Alfredo di Stéfano.

- Ni fue el partido de Luis Suárez ni de Joao Félix ni de nadie en el Atlético de Madrid, que sufrió ayer un resbalón indudable en el partido ante el Real Madrid. El derbi cayó del lado de los de Zidane, que hicieron gala de una superioridad tan clara como inesperada (2-0) ante un Atlético de Madrid desconocido, que echó por tierra su impecable racha para reanimar una competición que parecía desnivelada claramente del lado rojiblanco. El Real Madrid prolongó la excelencia de que hizo gala el miércoles en la Liga de Campeones y con pocos cambios y un nivel alto en sus jugadores minimizó al cuadro de Diego Pablo Simeone, que apostó por dar un giro en el descanso con tres sustituciones y que quitó a Joao Félix a la hora de partido.

En ningún momento el Atlético Madrid dio síntomas de poder alargar la racha de 26 partidos sin perder en Liga. Llegó al Alfredo Di Stefano con siete victorias seguidas, nueve puntos de ventaja y un partido menos que el Real Madrid. En su mano, un hachazo a la Liga. El gol de Casemiro en la primera parte hizo justicia. Después, un autogol de Jan Oblak tras un potente disparo lejano de Dani Carvajal sentenció un partido en el que el Atlético no tuvo respuesta. Mantiene el dominio el conjunto de Simeone, que encajó su primer revés de la temporada, pero se le pueden echar encima sus perseguidores. Un derbi sin la pasión de la afición es menos derbi. Al duelo le faltó la tensión que se traslada al césped y se impuso la necesidad. La defensa de la corona madridista pasaba por un choque con tintes decisivos pese a llegar en diciembre. Lo provocó la buena línea atlética y la inesperada regularidad del equipo de Zidane, endeble en duelos menores y nuevamente ganador ante rivales de altura.

Solamente desde la máxima concentración y la intensidad se explica el cambio radical en una semana clave. Del abismo a la resurrección para sentirse nuevamente aspirante a todo. Un nuevo arranque dominador ante un Atlético que interpretó de inicio que se sentiría cómodo regalando el balón a su gran rival. El plan del estudioso Diego Simeone en esta ocasión no surtió efecto. El 1-5-3-2 ni eliminó espacios ni igualó la batalla en la medular, donde Herrera sentaba a Saúl en el banco para aspirar a ganar la batalla desde el punto de vista físico. La realidad fue distinta. El Real Madrid no sintió nunca peligro y cómodo con el balón, encontró el camino para crear peligro.