- El Manchester City anunció ayer que el técnico catalán Pep Guardiola ha renovado hasta 2023 por el club tutelado por los Emiratos Árabes, al que llegó en 2016 procedente del Bayern de Múnich, justo cuando colea el malestar de Leo Messi por su accidentado regreso a Barcelona la noche del miércoles y The Sun publica que los Citizens vuelven a la carga, decididos a contratar al genio argentino durante la ventana de fichajes que se abre en enero. Un cóctel de alta graduación justo cuando la campaña para la presidencia barcelonista comienza a tomar temperatura.

Pep Guardiola juró por lo sagrado hace un mes que no volvería a entrenar al Barça, lugar al que solo regresaría para aplaudir a su equipo del alma en su condición de socio. Lo hizo para desmarcarse de forma concluyente de la batalla por la poltrona culé, pero otra cosa es el asunto Messi. Antes, cuandoel jugador estaba comprometido por la causa barcelonista, el técnico de Sanpedor dejó claro que jamás intentaría su fichaje. Otra cosa es si el crack de Rosario afirma que está harto y manda un burofax al club pidiendo que le dejen marchar, tal y como ocurrió el pasado verano.

La determinación de Josep Maria Bartomeu de anteponer el pago de cláusula de rescisión de 700 millones de euros, que entró en vigor al poco de haber podido marchar gratis, y la procelosa batalla judicial que se vaticinaba en caso de persistir echaron para atrás al club anglo-emiratí.

Los vientos vuelven a soplar a favor del reencuentro entre Guardiola y Messi, la síntesis (añadamos a Xavi, Iniesta o Puyol) del mejor Barça de siempre, que dejó una huella indeleble en la historia del fútbol mundial.

Se juntan tres factores para dar valor y credibilidad a la operación. La postura de Messi, que en ocasiones muestra su disgusto con el club y se comporta como un prisionero con barrotes de oro; el ascendente de Guardiola sobre el futbolista argentino y la crisis económica que aprieta al Barça.

Según The Sun y, el Manchester City está preparando una oferta, que hará llegar al FC Barcelona en las próximas semanas, sobre los 55 y 60 millones de euros, para ficharle a principios de 2021. En la operación se podría incluir al defensa central Eric García, uno de los principales objetivos del Barça de cara a la próxima campaña, que no ha podido conseguir por falta de recursos y que finaliza contrato el próximo 30 de junio.

También lo hace Messi, que a comienzos del próximo año podrá negociar con el club que quiera, y ahí está la cuestión. La Junta Gestora que supervisa el club azulgrana a la espera del futuro presidente, que saldrá las elecciones del próximo mes de enero, ha advertido que el Barça corre peligro de entrar en concurso de acreedores. LaLiga visualizó el pasado martes el quebranto de la entidad catalana reduciendo en 43% el límite del coste salarial de la plantilla. Si se va Messi, el Barça dejaría de pagar los 100 millones brutos por temporada que le cuesta e ingresar lo que le pueda ofrecer el City, so pena que cinco meses después se vaya libre.

A su regreso a Barcelona tras el último parón de selecciones, un nutrido grupo de periodistas le esperaban en el aeropuerto de El Prat para preguntarle qué opinaba sobre las declaraciones de un antiguo representante de Griezmann, que le retrató como una especie de dictador. Messi, que nunca suele contestar, sorprendió a la prensa abriendo la boca para mostrar su malestar por la presencia de agentes de Hacienda en la terminal que le interrogaron durante una hora tras el largo viaje desde Perú. "Estoy cansado de ser siempre el problema en el club", se lamentó.