Llegaba el Celta a Elche con el agua al cuello y las hostilidades comenzaron bien pronto. Minuto cuatro, mano de Mallo en el área, penalti a favor del Elche, gol de Fidel. A lo panenka. Y en Vigo no llegaban las camisas al cuello. Por eso comenzó un asedio celeste que evidenció la falta de puntería del equipo... y lo mucho que cuesta remar cuando todo está en contra. Empató Mina superando por fin a un Edgar gigante. Y el partido se diluyó en un cruce de ocasiones marradas hasta firmar unas tablas que no dejan a ninguno satisfecho.