a semana ha deparado algunas sorpresas que ya no lo parecen tanto desde que el coronavirus lo alteró todo. La lógica parece haberse cogido vacaciones de un tiempo a esta parte para regocijo de los más modestos, claro, que también les hace falta alguna alegría, aunque sea efímera, en estos tiempos de tanta precariedad.

En lo que al fútbol se refiere, pinchazos extravagantes de los más grandes. El Real Madrid recibía en su Ciudad Deportiva al recién ascendido Cádiz y se dio un batacazo monumental. El equipo andaluz, siempre tan chirigotero, se marchó de la capital del reino con un gol y tres puntos en su amarilla mochila. Su regreso a la élite está resultando francamente divertido y ya se ve quinto en la clasificación, seguro que pensando en conquistar Europa el próximo año. Musho Cádiz, oé.

El que ya no sorprende tanto es el Getafe de Bordalás. Los pupilos del excelente ex entrenador del Alavés se merendaron el nuevo proyecto blaugrana con sus armas de siempre: agresividad y solidaridad a raudales. El que más sonríe, no obstante, es la Real Sociedad del cada vez más reputado Imanol Alguacil. Mientras Odegaard deambula lesionado y relegado en el Real Madrid, los guipuzcoanos se encaraman al primer puesto de la clasificación. Que les quiten lo bailao.

Más penosa está siendo la trayectoria del Alavés, incapaz de sacar la cabeza de los últimos puestos tras caer en Vitoria con el recién ascendido Elche. Dice Machín que lo normal es ganar los partidos si creas más ocasiones que el rival, pero se equivoca de medio a medio. Solamente ganas si metes más goles que el de enfrente en la portería. Y no hay más cera que la que arde.

Claro que para tardes frustrantes está la de Gareth Bale en su nueva etapa como jugador del Tottenham de Mourinho. El técnico le otorgó sus primeros minutos de aclimatación a la Premier en un escenario aparentemente idóneo pero el galés debió marcharse a casa pensando en mandar definitivamente el fútbol a paseo y centrarse definitivamente en su incipiente carrera como golfista.

Bale salió al campo con 3-0 a favor y solo media hora por delante. Cómodo, pensaría cualquiera. Pero hace tiempo que todos le han perdido el respeto y también el West Ham, que no dudó en empatar el partido y retratarle como un gafe de tomo y lomo.

El Barcelona ha cambiado de entrenador, pero sigue perdiendo contra el Baskonia como en la Liga anterior. Recital de los de Ivanovic ante el aún inmaduro proyecto de Jasikevicius. El Real Madrid no ganó aunque, al menos, tampoco perdió. Un positivo del ex baskonista Fabien Causeur impidió al Bilbao Basket completar un fin de semana horribilis de los blancos. Por cierto, el goteo de suspensiones y aplazamientos en el baloncesto se acentúa...

Pello Bilbao se llegó a creer que podía ganar el Giro hasta que una contrarreloj le demostró lo contrario. El corredor vizcaíno estaba completando una carrera magistral y se mantenía al acecho de la maglia rosa. Pensaba que tenía opciones de sorprender incluso en la etapa contra el crono pero la cruda realidad de la lucha en solitario le bajó del podio. Ahora afronta, todavía optimista, eso sí, unas últimas etapas que se solapan con el inicio de la Vuelta. Ya saben, cosas del coronavirus.