adal y LeBron reinan en París y Orlando, las ciudades preferidas de Disney donde todos los sueños se pueden hacer realidad. El manacorí barrió a Djokovic en la final de Roland Garrós y, a sus 34 años de edad, demostró que aún sigue al máximo nivel en el tenis mundial.

Son ya 13 títulos en la tierra batida de París. Y 20 torneos de Grand Slam, los mismos que el también longevo y aún insaciable Roger Federer (39 años). Casi nadie osa toserle todavía a Nadal aunque en ocasiones algunos vaticinan un relevo generacional que no acaba de producirse del todo. Porque Djokovic, el otro finalista, ganador del Open de Australia y actual número uno del tenis, cuenta a su vez con 33 primaveras.

Nadal gana torneos y marca tendencias. Sus modelitos fashion y bastante setenteros causan furor o estupor, según se mire. Habrá qué ver si abre una nueva línea de negocio con la vistosa y personalizada mascarilla que lució en París. Seguro que se forra.

En fin, el dinero ya no debe ser lo más importante para un tipo tan rico. Nadal pasará a la historia por su innegable capacidad de sacrificio, su indudable calidad y por los valores que transmite. Todos elogian su comportamiento en la pista, gane o pierda, y fuera de ella -hace dos años estaba barriendo lodo en las inundaciones de Mallorca-.

Aunque parezca un poco pijo, algo al parecer inherente al mundo del tenis, lo cierto es que el chico que tantas horas ha pasado en Vitoria en las manos del doctor Mikel Sánchez se merece todos los reconocimientos imaginables.

El otro gran triunfador de los últimos días ha sido sin duda LeBron James, campeón de la NBA con los Ángeles Lakers como ya lo fuera en su día con los Miami Heat, su víctima esta vez, y los Cleveland Cavaliers. Cuatro títulos con tres equipos distintos, eso no lo había hecho nadie hasta ahora.

A sus 35 años, LeBron sigue siendo el alma de sus equipos a los que no duda en aupar hasta el éxito. Rubricó el título con otro triple doble (28 puntos, 14 rebotes y 10 asistencias) y por supuesto fue designado el MVP de las finales.

Otro madurito interesante como Lewis Hamilton, también 35 años de edad, acaba de igualar el récord de triunfos en la Fórmula 1 (91) que poseía Michael Schumacher. Es de esperar que el piloto británico bata en breve ese registro de carreras ganadas y que a final de temporada iguale los siete títulos mundiales que ganó el alemán antes de retirarse. Bonito gesto, por cierto, el del hijo de Schumi regalándole un casco de su padre para conmemorar la hazaña.

El Alavés respiró de alivio ante el Athletic y encara ahora dos partidos (Elche y Valladolid) que le pueden permitir coger aire antes de enfrentarse al todopoderoso Barcelona. Tropezar más de lo recomendable colocará al equipo de Machín en la vía del sufrimiento extremo.

Muy felices se las prometían los de Ivanovic tras aplastar al Real Madrid en la primera cita de la Euroliga. Sin embargo, da la impresión de que ese éxito ha surtido un efecto pernicioso y desde entonces el equipo vitoriano se ha convertido en demasiado vulnerable para sus rivales. Quizá las derrotas consecutivas ante Murcia, Estrella Roja y Burgos devuelvan a la realidad a unos jugadores que quizá han pecado de soberbia demasiado pronto.