Rafael Nadal se ha clasificado para jugar las semifinales de Roland Garros por decimotercera vez en su carrera, tras derrotar en su centésimo partido en París, en una sesión nocturna, al joven italiano Jannik Sinner por 7-6(4), 6-4 y 6-1, en 2 horas y 49 minutos.

El número 2 del ránking se medirá por un puesto en la final contra el argentino Diego Schwartzman, que viene de derrotarle en el Masters 1.000 de Roma.

En un encuentro, que comenzó pasadas las 22.30 horas (20.30 GMT), Nadal alcanzó una ronda a partir de la cual nunca ha perdido un partido, en busca de su corona número 13.

Nadal jugará por 34 ocasión unas semifinales de un grande, lo que le sitúa a 3 del serbio Novak Djokovic, que mañana buscará clasificarse para esa ronda contra Pablo Carreño.

En camino para su vigésimo Grand Slam, que le iguale con el suizo Roger Federer, se presenta sin haber perdido un set en las semifinales.

"Es muy tarde, pero esto gracias por haber aguantado estas condiciones tan duras", dijo Nadal al público.

"Sinner es un gran talento que tiene muchos golpes difíciles. Llegará lejos en el circuito. He tenido la suerte de recuperar en el primer el set. Las condiciones no eran fáciles para mi. Pero he podido ir a mejor", agregó.

Nadal lamentó la tardía hora de inicio, por lo que no tendrá dos días de descanso "si no uno y medio".

Contra el debutante Sinner, un tenista de 19 años al que todo el mundo augura un futuro de altura en el tenis, Nadal entró frío y, por vez primera en esta edición, tuvo que aplicarse a fondo para ganar.

Pese a su juventud, Sinner demostró madurez y un juego variado, que desencajó a la maquinaria de Nadal, incapaz de buscar los fallos en el tenis de su rival.

El italiano, un tenista que en 2019 dio un salto monumental en el ránking y al que muchos auguran un gran futuro, llegó a disponer incluso de su saque para ganar el primer set y solo la reacción de campeón de Nadal lo evitó, al romper el servicio de Sinner.

El juego de desempate también fue ajustado, pero de nuevo la experiencia marcó la diferencia.

Sinner pidió asistencia para su aductor derecho, pero volvió a entrar enchufado en el duelo, dispuesto dar la batalla al español, que solo había perdido cinco partidos en tierra batida tras ganar el primer acto.

De nuevo rompió en el segundo set el transalpino, pero de nuevo recuperó enseguida Nadal, en parte por su solidez, en parte por la inexperiencia del rival, hasta que en el noveno le arrebató el servicio y, con el suyo para cerrar la manga, Nadal no falló.

El tercero ya fue más sencillo. La resistencia del rival se desvaneció y el juego del mallorquín se ajustó para volver a ser la habitual apisonadora.

Sinner abandona el torneo con la cabeza alta, tras haberse convertido en el primer jugador que alcanza los cuartos de final en su debut en el torneo desde que el propio Nadal lo hiciera en 2005.