La tropa de Bordalás sigue exactamente igual que al fin de la campaña anterior: sólida, afilada... muy difícil de franquear. Ayer apenas sufrió para tumbar a un Betis reconstruido bajo la batuta de Pellegrini, que pinta bien y también llegaba con dos victorias en su casillero, pero que nunca amenazó la del cuadro local. Ángel abrió la lata en el minuto 13, Cucurella enganchó un zapatazo marca de la casa en el 39 y el propio Ángel la cerró a un suspiro del descanso. A partir de ahí, fútbol control y victoria para los madrileños, que van lanzados.