Las fotografías que acompañan al ciclismo, lejos del confeti de Tadej Pogacar en el Tour de Francia o de la brillantina de Julian Alaphilippe en el Mundial, remiten a la incertidumbre y a un horizonte donde se imponen las nubes negras. "Esta es por supuesto una noticia muy decepcionante, pero estamos comprometidos a luchar por el futuro de nuestro equipo y estamos explorando todas las vías posibles disponibles para nosotros". Así anunció el mánager general Douglas Ryder el abandono de NTT como esponsor de la estructura sudafricana.

El patrocinador japonés se baja del ciclismo después de seis años apoyando al embrionario Qhubeka. La formación sudafricana gestionada en lo deportivo por Bjarne Riis ha iniciado la búsqueda desesperada de un nuevo esponsor que sostenga el único equipo africano del WorlTour. Aunque la gestación de la formación responde a una idea de país, acceder a un nuevo patrocinador se antoja una tarea compleja porque el torbellino del coronavirus continúa empujando con rabia y virulencia. Ante un porvenir repleto de aristas, dar con un patrocinador capaz de alimentar un equipo de la máxima categoría, cada vez más elitista, exige un enorme músculo financiero.17 millones de euros de media

Una estructura del WorldTour maneja un presupuesto medio de unos 17 millones de euros. En el caso de la formación sudafricana, la cantidad alcanza los 14 millones. Dar con una compañía que puede acometer una inversión de esa magnitud no es nada sencillo, más si cabe en un mundo donde las certezas apenas dan para media hora. En ese ecosistema tan frágil, NTT sigue el rastro que deja CCC, otra formación del WorldTour cuyo patrocinador se volatizará.

CCC, un empresa dedicada al calzado con sede en Polonia, mantenía una escuadra con un presupuesto anual de 21 millones de euros. Con la crisis financiera que acompaña al Covid-19, la empresa se ha visto abocada a una profundísima restructuración que ha dejado a CCC en los huesos, sin posibilidad alguna de dar cobertura al equipo ciclista, tratando de salvar el pellejo de la compañía. También McLaren, que participaba en Bahrain con el 51% de acciones del equipo, dejará su vinculación con el ciclismo para afrontar la profunda crisis económica derivada del coronavirus y que ha implicado numerosos despidos en la compañía británica.

Fuentes consultadas por DEIA indican que la obtención de patrocinadores para unas estructuras cada vez más costosas resulta una tarea titánica, muy difícil de concretar en en el mejor de los escenarios posibles y más si cabe en los tiempos convulsos que gobiernan el planeta desde la aparición del coronavirus.

"O es alguien que está loco por el ciclismo y tiene mucho dinero y patrocina un equipo como si fuera un mecenazgo o el resto son aportaciones con la idea de hacer un equipo para vender un país como sucede con Emiratos, Astana, Bahrain o Israel. A este modelo se la han de sumar las aportaciones de los fabricantes de bicicletas que observan el WorldTour como el mejor escaparate posible para dar a conocer sus mejores productos". Fuera de ese ámbito, la ecuación se complica y obtener un patrocinador que garantice el futuro de un equipo del WorldTour tiene más peso que ganar el Tour de Francia.